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Cuando la vida depende de la ignorancia, brutalidad, arrogancia y la guerra

Muchos murieron directamente en casa antes de ser evacuados", dice médico Susana Samhan

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El médico Abdel Hai Tenari trabajaba el martes por la mañana en un hospital de la provincia siria de Idleb, cuando empezaron a llegar pacientes procedentes de la localidad de Jan Shijún con síntomas fuera de lo común: sufrían los efectos de un supuesto ataque químico.

“Desde el principio estaba claro que era algo especial, tenía que ser algo químico, anteriormente el régimen había usado gas cloro, pero esto era algo diferente, la gente sufría parálisis y muchos murieron directamente en sus casas antes de ser evacuados”, dijo Tenari en una conversación telefónica con Efe.

Este internista rehusó ofrecer datos sobre el nombre y la localización del centro sanitario en el que trabaja por temor a que pueda convertirse en blanco de bombardeos, como han sido otros hospitales de la región.

Tenari explicó que los pacientes de Jan Shijún presentaban el mismo denominador, todos ellos tenían las pupilas contraídas, y otros síntomas como parálisis muscular y debilidad, “esto es específico de la exposición a un agente químico, como el fósforo orgánico, por eso creemos que es gas sarín”.

El gas sarín, que contiene fósforo orgánico, es un líquido incoloro e inodoro empleado como arma química, debido a su extrema potencia como agente nervioso.

Pese a estos indicios, ni la ONU ni la Organización para la Prohibición de Armas Químicas han confirmado el tipo de agente químico que se utilizó en Jan Shijún, aunque Médicos Sin Fronteras (MSF) ha afirmado que su personal atendió a pacientes con síntomas compatibles con la exposición a una sustancia como el gas sarín.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha asegurado que aviones de guerra no identificados lanzaron proyectiles que contenían gases contra esa población, mientras que el Gobierno de Damasco ha destacado que su aviación bombardeó “un almacén terrorista” donde había sustancias tóxicas.

Tenari precisó que, pese a la gravedad de algunos de los heridos, estos respondieron bien al tratamiento.

A los casos más críticos les proporcionaron pralidoxima, un antídoto para tratar los efectos de ataques químicos. “Hubo una buena respuesta por parte de los pacientes, pero tenemos poca cantidad, así que la aplicamos solo a los más graves, después de una media hora se estabilizaron”, subrayó.

Los heridos leves fueron tratados con atropina en grandes cantidades, que sirve para combatir los efectos en el sistema nervioso de los gases tóxicos.

Según los datos de los que dispone Tenari, hubo un total de 87 muertos y de 570 heridos, de los que 22 fueron ingresados en su hospital, situado a 75 kilómetros de Jan Shijún, aunque no descartó que el número de fallecidos sea superior, porque familias enteras pudieron morir en sus casas sin que nadie se enterara.

“Muchos (heridos) perdieron la vida cuando eran trasladados a centros sanitarios, porque el régimen atacó en los dos últimos días varios hospitales en las proximidades de Jan Shijún, entre ellos el Hospital Central de Maarat al Nuaman”, indicó.

A juicio de Tenari, se perdió un tiempo vital para muchos pacientes que tuvieron que ser transferidos lejos de Jan Shijún, e incluso los más graves a centros médicos en la vecina Turquía.

De hecho, el supuesto bombardeo químico ocurrió sobre las 06.45 hora local (03.45 hora GMT) y los primeros pacientes no comenzaron a llegar a su hospital hasta las 09.00 hora local (06.00 hora GMT).

Para evitar el riesgo de contaminación, los heridos fueron despojados de sus ropas por los servicios de rescate y rociados con agua para eliminar cualquier resto de agente químico.

Tres días después del ataque casi todos los ingresados en el hospital de Tenari han sido ya dados de alta.

Sin embargo, este médico todavía no se quita de la cabeza la imagen de “dos niñas, de entre cinco y seis años, que parecían hermanas”, que fueron hospitalizadas el martes.

“Desafortunadamente, llegaron muy tarde, sobre las 12.00 (09.00 hora GMT), nos dijeron que había sido porque estaban bajo los escombros de una casa destruida y no pudieron sacarlas antes”, recordó. EFE

 

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