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Obesidad, factor de riesgo para desarrollar cirrosis hepática

El estudio involucró a 700 pacientes mayores de 18 años de dos unidades del Hospital Civil de Guadalajara (HGC), de los cuales 50 % tenía exceso de grasa y alteraciones metabólicas y se detectó que todos tenían riesgo de desarrollar daño hepático.

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Nueva York – Tener exceso de grasa en el organismo es un factor de riesgo para desarrollar cirrosis hepática, confirmó un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Guadalajara (UdeG) presentado hoy en México.

El estudio involucró a 700 pacientes mayores de 18 años de dos unidades del Hospital Civil de Guadalajara (HGC), de los cuales 50 % tenía exceso de grasa y alteraciones metabólicas y se detectó que todos tenían riesgo de desarrollar daño hepático.

Posteriormente, el equipo de investigadores, liderado por el doctor Arturo Panduro Cerda, coordinador del módulo de Medicina Genómica del XXI Congreso Internacional Avances en Medicina (CIAM 2019), se enfocó en detectar cuántas personas de la población en riesgo, conformada por 350 personas, tenían daño hepático.

Así, se encontró que el 25 % , es decir, 175 de esas personas lo habían desarrollado.

Según Panduro Cerda, de las personas que tienen un exceso de grasa, más de 90 % la tienen en el hígado.

En México, más de 70 % de la población tiene exceso de grasa en el cuerpo de por entre ocho y 10 kilogramos, lo que puede propiciar, además de cirrosis, la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

El especialista apuntó que las principales causas de cirrosis hepática en la población son alcoholismo, hepatitis virales, exceso de grasa y obesidad.

A esta última se le conoce como Esteatohepatitis No Alcohólica (EHNA) y se caracteriza inicialmente por acumulación de grasa en el hígado, seguida de un proceso inflamatorio.

Panduro Cerda recomendó a las personas con exceso de grasa hacerse estudios para verificar si han desarrollado cirrosis hepática.

En cuanto a las medidas preventivas, el especialista resaltó la importancia de la alimentación balanceada y el ejercicio físico.

En tanto, la doctora Sonia Román, parte del equipo, advirtió que la población mexicana, por sus genes amerindios, no está adaptada al alto consumo de alimentos procesados, así como de azúcares y grasas, que es la alimentación a la que están expuestas muchas personas.

Es por ello que esta población está más expuesta al desarrollo de diabetes, cirrosis y enfermedades cardiovasculares. EFE

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