Brasil repuebla el mayor bosque del mundo
La iniciativa ganó un nuevo capítulo este lunes con la liberación en medio de un bosque a los pies del famoso cerro del Corvovado de 14 ejemplares de agutíes, una especie de roedor parecido a la ardilla, que alcanza 66 centímetros de longitud y 36 centímetros de altura, originario de las selvas tropicales de Latinoamérica y que era común en las áreas boscosas de Río de Janeiro.
Carlos A. Moreno
Nueva York – Río de Janeiro puso en marcha un proyecto para repoblar las especies animales extintas en el Parque Nacional de Tijuca, que se extiende por gran parte de esta ciudad brasileña y es considerado el mayor bosque urbano del mundo, con la introducción gradual de ejemplares actualmente en cautiverio.
La iniciativa ganó un nuevo capítulo este lunes con la liberación en medio de un bosque a los pies del famoso cerro del Corvovado de 14 ejemplares de agutíes, una especie de roedor parecido a la ardilla, que alcanza 66 centímetros de longitud y 36 centímetros de altura, originario de las selvas tropicales de Latinoamérica y que era común en las áreas boscosas de Río de Janeiro.
La liberación hizo parte del Refauna, un proyecto liderado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) que busca reintroducir especies nativas del Parque Nacional de Tijuca que estaban extintas “con el fin de restaurar la fauna y las interacciones ecológicas locales”.
Pese a que en sus 3.953 hectáreas la floresta ubicada en el corazón de Río cuenta con una rica diversidad de especies vegetales, las especies animales son pobres y sus poblaciones reducidas por tratarse de un parque urbano y porque fueron víctimas durante siglos de la deforestación y la cacería.
La prioridad de los responsables del proyecto es reintroducir especies de animales que son importantes distribuidores de semillas, como los agutíes (Dasyprocta), que en otras regiones de América son conocidos como cutías, ñeques, picures, añujes o guatines; los monos aulladores (Alouatta); la jabuti o tortuga terrestre de patas rojas (Chelonoidis) y el guacamayo azulamarillo (Ara ararauna).
La bióloga Catharina Kreischer, coordinadora del Refauna e investigadora de la UFRJ, explicó en declaraciones a Efe que la importancia del agutí obedece a que se trata de un roedor almacenador, que entierra semillas grandes para comérselas en otro momento y muchas veces las deja olvidadas en lugares apropiados para el nacimiento de nuevos árboles.
“La importancia del proyecto Refauna es que reconstruye poblaciones de especies que fueron extintas en el parque, especialmente especies importantes para el mantenimiento del propio bosque por dispersar semillas”, afirmó la bióloga.
Según Kreischer, el Parque de Tijuca sufrió en los siglos pasados un gran proceso de deforestación, en el que la vegetación original fue sustituida por cultivos de café, y después fue reforestada pero sin la presencia de las especies animales típicas, que habían huido o caído en manos de cazadores.
“Incluso con la reforestación, por estar en medio de la ciudad, esas especies no consiguen llegar aquí sin ayuda humana para repoblar el bosque y cumplir su papel como distribuidor de semillas y las otras interacciones ecológicas con las que ayudan a reconstruir el bosque”, agregó.
La bióloga explicó que, desde su comienzo en 2010, el proyecto reintrodujo en el parque 30 ejemplares de agutí, que son vigilados gracias a que usan collares equipados con radiotelemetría que permiten conocer sus movimientos y sus hábitos.
Agregó que en la década de 1960 hubo un proyecto de reintroducción de especies en el parque de Tijuca pero que, como en la época no había sistemas de vigilancia, se perdió el trabajo y hoy no hay rastros de los animales que fueron liberados.
“Esa vigilancia nos permitió saber que tenemos actualmente una población de 40 individuos todos nacidos ya en libertad y que realmente están actuando como diseminadores de semillas, ya que vimos que en los lugares ocupados por los agutiés hay un mayor nacimiento de árboles cuyas semillas les sirven de alimento”, dijo.
“Además ya reintrodujimos una pareja de monos aulladores, que también son diseminadores de semillas e ingenieros de dosel en el bosque, y sabemos que tuvieron dos crías, que están interactuando con las especies de plantas con que se alimentan y que las semillas que quedan en sus heces han sido esparcidas por cucarrones en otros lugares”, agregó.
De acuerdo con la vocera del Refauna, el proyecto proseguirá en unos seis meses con la liberación de decenas de tortugas terrestres y de guacamayos que viven en cautiverio en el zoológico de Río de Janeiro.
La repoblación aumentará el interés por el Parque Nacional de Tijuca, una de las mayores atracciones turísticas de Río y que es la reserva ambiental más visitada den Brasil, con cerca de tres millones de visitantes por año. EFE