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Desequilibrio ambiental entre factores brote fiebre amarilla

La aparición de una gran cantidad de monos muertos recientemente fue la primera señal de la expansión de la fiebre amarilla en Minas Gerias, el segundo estado más poblado de Brasil.

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Nueva York – El “desequilibrio ambiental” causado por el hombre en algunas zonas rurales es uno de los factores que explican el brote de fiebre amarilla que azota al estado brasileño de Minas Gerais, en el sureste del país, y que se ha cobrado ya 47 víctimas, según expertos consultados por Efe.

Para el doctor André Siqueira, médico infectologista de la Fundación Oswaldo Cruz (INI/Fiocruz), la proximidad de humanos con los mosquitos, el principal vector de la enfermedad, es una de las razones que explica el brote.

“Con una proximidad mayor de los humanos, hay más posibilidad de que el mosquito infectado transmita la fiebre amarilla”, apunta a Efe el especialista, si bien admite que el brote que se ha registrado en Minas Gerais, y que ha llevado al gobierno local a declarar emergencia sanitaria, “no era esperado y menos en esta magnitud”.

Hasta la fecha, “la estrategia de vigilancia era controlar las muertes de los monos”, las principales víctimas del virus, continúa.

La aparición de una gran cantidad de monos muertos recientemente fue la primera señal de la expansión de la fiebre amarilla en Minas Gerias, el segundo estado más poblado de Brasil.

“Es un virus agresivo, que causa complicaciones en el cuerpo y que no tiene un tratamiento específico”, asegura el doctor Siqueira.

Las principales víctimas del virus son “aquellas personas que van más al bosque” y las más vulnerables, como “gestantes, niños y ancianos”, por lo que la vacuna se muestra como imprescindible en la lucha contra la enfermedad.

Siqueira deja claro que en la lucha contra el virus, “no hay remedio, apenas medidas protectoras, como repelentes y una vacuna” y que lo más importante es “una acción conjunta para combatirlo”.

El gobernador de Minas Gerais, Fernando Pimentel, prometió toda la ayuda de las autoridades para hacer frente al virus.

“La fiebre amarilla es una enfermedad con un alto grado de letalidad. La mejor forma de enfrentarla es la vacunación, que es lo que estamos haciendo masivamente en los municipios donde la enfermedad fue detectada. Tenemos que redoblar los esfuerzos, no ahorrar en recursos ni en tiempo”, aseguró.

El doctor Siqueira advierte de que la posible llegada del virus a zonas urbanas es un motivo de “preocupación”, porque “desde 1942 no había casos de fiebre amarilla en ciudades brasileñas”.

La enfermedad tiene dos tipos, la urbana y la silvestre, diferenciadas apenas por el modo de transmisión.

En la silvestre, el virus circula en la región de mato entre mosquitos y monos y los humanos se contagian accidentalmente cuando entran en el mato.

La fiebre amarilla urbana es transmitida por el mosquito Aedes aegypti, el enemigo público número uno de Brasil por el ser el vector del dengue, la chikunguña y el zika.

Los síntomas de la enfermedad son parecidos a los del dengue, como fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, dolor muscular generalizado, y con su evolución puede causar infección en el hígado y en los riñones, pudiendo provocar ictericia, fallida renal, hemorragia y vómito oscuro.

Cuando la enfermedad no es tratada a tiempo, puede causar la muerte, por lo que el doctor Siqueira considera que una de las claves en la lucha contra la fiebre amarilla es “equipar bien los puestos de salud” para poder atender a los contagiados.

Pese a que el brote de fiebre amarilla ha pasado a la primera página de la actualidad brasileña, Siqueira alerta para “no descuidar las otras enfermedades” que transmite el mosquito Aedes aegypti y “no relajarse” en la lucha contra el insecto. EFE

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