Washington alienta las protestas en Irán
John Bolton, asesor de seguridad nacional del presidente, Donald Trump, afirmó hoy en la cadena Fox que la política del país "no es el cambio de régimen": sin embargo, "definitivamente queremos poner la máxima presión sobre el Gobierno", subrayó.
Beatriz Pascual Macías
Nueva York – El Gobierno volvió hoy a alentar las protestas contra la corrupción y la debacle económica en Irán, pero insistió en que la reimposición de sanciones tiene el objetivo de ejercer la “máxima presión” sobre su cúpula clerical sin buscar necesariamente un cambio de régimen.
Aun así, expertos consultados por Efe opinaron que el apoyo de Washington al levantamiento popular, que comenzó en diciembre, evidencia su deseo de terminar con la teocracia iraní, aunque oficialmente no lo manifieste.
John Bolton, asesor de seguridad nacional del presidente, Donald Trump, afirmó hoy en la cadena Fox que la política del país “no es el cambio de régimen”: sin embargo, “definitivamente queremos poner la máxima presión sobre el Gobierno”, subrayó.
Considerado como una de las voces más duras contra Irán, Bolton ha repetido el mismo mensaje en varias ocasiones durante las últimas 24 horas, en las que el país ha reanudado unas sanciones a Irán que había suspendido con el acuerdo nuclear de 2015, del que salió en mayo.
La medida, que entró en vigor a la 00.01 hora local de hoy (04.00 GMT), golpea el sector automovilístico y ferroviario, el comercio de metales y la emisión de deuda, al mismo tiempo que dificulta la capacidad de Teherán para hacer negocios en dólares.
Bolton reiteró hoy que las sanciones buscan el fin del programa de misiles balísticos de Irán y tratan de acabar con su respaldo a grupos considerados terroristas por Gobierno, como la organización chií libanesa Hizbulá.
En ese sentido, Trump se ha mostrado “abierto” a negociar un pacto que no se limite al programa nuclear y englobe las actividades de Irán en Oriente Medio; a lo que el presidente iraní, Hasan Rohaní, contestó ayer diciendo que, para dialogar, Washington debe primero dejar el “cuchillo”.
No obstante, según Gordon Adams, profesor emérito de política exterior en la American University de Washington, está claro que el Ejecutivo de Trump ya ha comenzado a trabajar para derrocar a los líderes teocráticos de Irán, en poder desde la Revolución Islámica de 1979.
“Están tratando de socavar la economía iraní, haciendo un llamamiento a las manifestaciones callejeras (…) No hay duda de que está en marcha un esfuerzo de cambio de régimen, algo que perjudicará gravemente a Estados Unidos”, destacó Adams.
El analista cree que la nueva política de Washington hacia Teherán solo servirá para “intensificar el control” de los sectores más duros de la República Islámica que ven en Washington una amenaza por sus anteriores injerencias en Irán, por ejemplo con su apoyo al golpe de Estado de 1953 que dio el poder al último sha.
A pesar de los esfuerzos del país, el cambio de Gobierno no “está en la baraja de cartas bajo ninguna circunstancia”, indicó a Efe Aaron David Miller, un experto en Oriente Próximo que asesoró al Gobierno de Bill Clinton (1993-2001) en sus intentos de mediación entre israelíes y palestinos.
Miller estimó que la Casa Blanca seguirá con esa postura beligerante mientras no desemboque en un conflicto militar en Oriente Medio y tampoco le fuerce a negociar un acuerdo, algo que no desea en realidad.
Más lejos va Thomas Whalen, un experto en política exterior presidencial de la Universidad de Boston, quien aseguró que la Casa Blanca no tiene ningún tipo de estrategia con Irán.
“Públicamente -dijo- la Administración de Trump está tratando de vender que busca un cambio de régimen, pero creo que en realidad todo gira en torno a la política interior estadounidense”.
Con sus acciones contra “el gran villano” de Irán, Trump está apelando a su base electoral de cristianos evangélicos que entienden el mundo a través de las “lentes de una guerra santa” entre civilizaciones y en la que los musulmanes están intentado de acabar con la cultura occidental, apuntó Whalen.
El escenario es poco alentador para los analistas, que coinciden en que las políticas de Trump no logrará un cambio de Gobierno en Irán y solo empeorarán la situación en Oriente Medio.
Las sanciones que entraron hoy en vigor son solo las primeras. En la medianoche del 4 al 5 de noviembre, llegará una segunda ronda de sanciones con las que se restringirá la venta de petróleo, una de las mayores fuentes de ingresos de Irán y su principal recurso de divisas. EFEUSA