Sarah Silverman: “Las amistades inesperadas son las mejores”
Esta secuela de "Wreck-It Ralph", cinta que recaudó 471 millones de dólares, vuelve a sumergirse en el mundo de los videojuegos arcade y recupera al simplón pero entrañable Ralph (Reilly) junto a la intrépida y brava Vanellope (Silverman).
David Villafranca
Nueva York – Las amistades imprevistas, extrañas o fortuitas son “las mejores”, aseguró a Efe Sarah Silverman, quien vuelve a prestar su voz a la risueña Vanellope en la cinta de Disney “Ralph Breaks the Internet”, en la que la pequeña y el bonachón Ralph se adentran en el fascinante mundo de la red.
“Ralph y Vanellope no eran amigos al principio, en la primera película (‘Wreck-It Ralph’, 2012), y luego vas viendo cómo sucede la amistad. Realmente, esas amistades inesperadas son las mejores. ¿Qué hago yo cuando estoy deprimida? Busco en Google ‘amistades curiosas entre animales’. ¡Podría ver esos vídeos todo el día!”, bromeó la actriz estadounidense (Bedford, EE.UU., 1970).
“Dos personas cualquiera pueden conectar de alguna manera. Solo tienes que estar dispuesto a encontrarlo o encontrarlo accidentalmente”, consideró.
Cómica muy reconocida en EE.UU., activista, escritora y actriz con cada vez más peso en la gran pantalla (la crítica la elogió en 2015 por “I Smile Back”), Silverman encabeza junto a John C. Reilly, Gal Gadot y Taraji P. Henson el reparto en su versión original de la película animada “Ralph Breaks the Internet”, que desembarca esta semana en los cines estadounidenses.
Esta secuela de “Wreck-It Ralph”, cinta que recaudó 471 millones de dólares, vuelve a sumergirse en el mundo de los videojuegos arcade y recupera al simplón pero entrañable Ralph (Reilly) junto a la intrépida y brava Vanellope (Silverman).
“Es tan divertido… Es como una reunión familiar. John y yo teníamos tanta libertad y nos lo pasamos tan bien que siempre nos reservaban una hora extra de sesión en el estudio, porque cotorreábamos demasiado”, admitió.
El conflicto en este largometraje se da entre estos dos grandes amigos cuando chocan sus visiones opuestas de la vida: la felicidad de la rutina, del día a día, que adora Ralph frente a la búsqueda de nuevas aventuras y retos de Vanellope.
“Desde la infancia a la vida adulta están estos momentos de cambio y transición. Mientras que Ralph es realmente complaciente y ama la predecible naturaleza de la amistad, el mundo y sus vidas, ella quiere algo más”, explicó Silverman.
El detonante de este dilema no será una mala palabra o un gesto torcido, sino la llegada de estos dos personajes a un nuevo universo repleto de posibilidades: internet.
“Vanellope no se da cuenta hasta que entran en internet. Ve un nuevo mundo y quiere ser parte de eso”, indicó la actriz.
“Pero la culpa intrínseca de no querer dejar a su mejor amigo atrás le hace sentirse insegura (…). Y eso es algo que, cuando somos adultos, lo sentimos todo el tiempo con nuestros amigos (…). Tener miedo al cambio es parte de la naturaleza humana, pero también lo es ser lo suficientemente valiente como para cambiar”, añadió.
Además de una exquisita y colorida animación con chistes y diversión para los más pequeños, esta película de Walt Disney Animation Studios encierra numerosos guiños para los mayores que se dejen caer por las salas de cine.
Así, internet es en esta película un irreal y frenético mundo en el que un buscador estilo Google es un señor sabelotodo detrás de un mostrador mientras que los anuncios en la web son como molestos individuos que prácticamente te persiguen por la calle.
No obstante, no todo es maravilloso o simpático en el internet de “Ralph Breaks the Internet”, que también reflexiona sobre cómo el acoso en la web o el mal uso de las redes sociales pueden tener efectos muy negativos en las personas.
Silverman subrayó la dificultad de encontrar el perfecto equilibrio para contentar tanto a pequeños como mayores y aseguró que los guionistas y animadores “pensaron y se preocuparon por cada segundo de la película”.
La culminación de ese enfoque mixto es una hilarante escena en la que Vanellope se topa con toda la galaxia de princesas Disney, de Blancanieves a Cenicienta pasando por Ariel, en una irónica y brillante reflexión sobre lo ridículas que podían llegar a ser esas mujeres aparentemente perfectas.
“Cada año que pasa, el reflejo de lo que es una princesa Disney es más y más progresista e inclusivo”, opinó Silverman, quien vinculó esa escena “genial” con el movimiento feminista que recorre Estados Unidos y buena parte del mundo. EFE