La sangría clásica es una bebida tradicional española, perfecta para compartir en reuniones al aire libre, comidas de verano o celebraciones informales. Se elabora con vino tinto, frutas frescas y un toque de licor que potencia los sabores. Su carácter afrutado, dulce y ligeramente cítrico la convierte en una bebida refrescante y festiva, ideal para acompañar platos como paella, tapas o carnes a la parrilla. La clave de una buena sangría está en dejar macerar los ingredientes para que las frutas liberen sus jugos y el vino se enriquezca con aromas naturales. Esta receta es muy fácil de adaptar a tu gusto o a lo que tengas en casa.

Ingredientes (para 4–6 personas):

• 1 botella de vino tinto joven (750 ml)

• 2 cucharadas de azúcar (o al gusto)

• 1 naranja cortada en rodajas finas

• 1 manzana en cubos con piel

• 1 limón en rodajas

• 60 ml de brandy o licor de naranja

• 250 ml de refresco de naranja o soda con gas

• Hielo al gusto

• Hojas de menta (opcional)

Preparación:

1. En una jarra grande, combina el vino, azúcar y brandy. Remueve hasta disolver el azúcar.

2. Añade la naranja, el limón y la manzana.

3. Deja macerar en la nevera al menos 2 horas, idealmente de un día para otro.

4. Justo antes de servir, añade el refresco de naranja y bastante hielo.

5. Sirve en vasos con trozos de fruta y, si lo deseas, una hoja de menta.

La sangría clásica es perfecta para acompañar una paella mixta, carnes asadas o aperitivos como jamón serrano y quesos curados. Puedes hacer variaciones usando vino blanco (sangría blanca), vino espumoso o frutas tropicales. Es una bebida alegre, colorida y con espíritu mediterráneo, ideal para animar cualquier encuentro.