El Niño que Desapareció Dos Veces
El misterioso caso de Nicholas Barclay y su impostor francés

En junio de 1994, Nicholas Barclay, un adolescente de 13 años, desapareció sin dejar rastro en San Antonio, Texas. Su familia lo buscó durante años, sin pistas. Hasta que en 1997, llegó una llamada desde España: alguien decía haber encontrado a Nicholas… vivo.
Pero lo que parecía un milagro pronto se volvió una pesadilla.
Quien regresó a casa no era Nicholas, sino Frédéric Bourdin, un joven francés de 23 años que se había hecho pasar por el niño desaparecido. Con cabello teñido, acento forzado y una historia absurda de secuestro por una red militar secreta, logró convencer a las autoridades —y por un tiempo, a la familia.
¿Cómo puede una familia aceptar a alguien que claramente no es su hijo? ¿Qué escondía la verdad tras la aparente ingenuidad de los Barclay?
El impostor fue desenmascarado gracias a una investigación del FBI y pruebas de ADN. Pero hasta hoy, Nicholas sigue desaparecido. Muchos creen que la familia aceptó a Frédéric no por ignorancia… sino para ocultar algo mucho más oscuro.
Frédéric Bourdin no era un farsante cualquiera: era un impostor en serie, conocido por haber asumido más de 500 identidades falsas a lo largo de su vida. Suplantó a huérfanos, refugiados, menores maltratados… siempre con la intención de ser acogido y vivir bajo nuevas identidades. Pero su interpretación de Nicholas fue su hazaña más arriesgada, y quizás la más perturbadora. Incluso llegó a convencer a la hermana del niño de que él era realmente su hermano, pese a la evidente diferencia física y de edad.
El caso fue tan insólito que se convirtió en documental: The Imposter (2012), una narración escalofriante que mezcla entrevistas reales con dramatizaciones. Lo más inquietante no es solo la audacia del impostor, sino las preguntas que deja flotando: ¿fue la familia cómplice? ¿Estaban ocultando un crimen? ¿O simplemente, desesperados por tener algo de Nicholas de vuelta, eligieron creer una mentira reconfortante? En este caso, la verdad parece tan inverosímil como la ficción.
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