La trata de personas, otro drama amplificado por la pandemia
En el Día Mundial contra la Trata de Personas, la organización subrayó su preocupación por el efecto de la actual crisis, que está a la vez disparando el número de víctimas potenciales y complicando la respuesta por parte de las autoridades.
Mario Villar
Nueva York – Naciones Unidas advirtió este jueves de que la pandemia de coronavirus está haciendo aumentar la trata de personas y la explotación, con millones de personas -sobre todo niñas y mujeres- en un riesgo cada vez mayor de caer en las manos de traficantes y mafias.
En el Día Mundial contra la Trata de Personas, la organización subrayó su preocupación por el efecto de la actual crisis, que está a la vez disparando el número de víctimas potenciales y complicando la respuesta por parte de las autoridades.
“La pandemia de COVID-19 ha expuesto y exacerbado muchas desigualdades a nivel mundial (…) , y ha expuesto a millones de personas a un mayor riesgo de ser objeto de trata con fines de explotación sexual, trabajo forzoso, matrimonio forzado y otros delitos”, advirtió el secretario general de la ONU, António Guterres.
Según Naciones Unidas, la pérdida de empleos, el aumento de la pobreza, el cierre de escuelas y el incremento de las interacciones a través de internet están aumentando las vulnerabilidades y abriendo oportunidades para los grupos de la delincuencia organizada.
Al mismo tiempo, la crisis ha hecho que se desborden en muchos lugares los servicios públicos y sociales, ha afectado al trabajo de los sistemas encargados de hacer cumplir la ley y la justicia penal y ha hecho más difícil que las víctimas busquen ayuda.
Así lo apuntó en un comunicado la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), la agencia de la ONU que se encarga más directamente del problema de la trata de personas.
AUMENTO ALARMANTE DE LA EXPLOTACIÓN
Aunque por ahora no hay cifras claras, la ONUDD ya venía advirtiendo de los riesgos que planteaba la pandemia y, según Naciones Unidas, esos miedos parecen estar confirmándose.
Maria Grazia Giammarinaro, la relatora especial sobre el Tráfico de Personas, aseguró este jueves que la explotación de personas vulnerables “se ha incrementado de forma alarmante” y requiere medidas urgentes.
Giammarinaro recordó que muchos trabajadores considerados esenciales se están viendo obligados a trabajar bajo una gran presión, que los niños atrapados en situaciones de emergencia se enfrentan a las peores formas de trabajo infantil y que hay personas explotadas en la industria del sexo que han sido abandonadas a su suerte por sus traficantes durante la pandemia.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), por su parte, alertó del fuerte aumento de los riesgos para niños refugiados o migrantes, para los que están sufriendo el impacto económico de la pandemia y para las víctimas que tienen más difícil acceder a ayuda.
“La situación es más crítica que nunca”, avisó la actriz Mira Sorvino, embajadora de buena voluntad de la ONU contra la trata, durante un acto virtual para conmemorar el Día Mundial.
En él intervino también la colombiana Marcela Loaiza, una superviviente de tráfico de personas y explotación sexual que escribió dos libros sobre el tema y que fundó una organización en su país para apoyar a otras víctimas, y que entre otras cosas destacó los riesgos a los que se enfrentan muchos migrantes en Latinoamérica y las dificultades que las restricciones al movimiento impuestas por el coronavirus plantean a las víctimas que tratan de regresar a sus países.
También avisó de que las mafias modernizan continuamente sus tácticas de captación y ahora, por ejemplo, están aumentando el uso de redes sociales.
En el acto intervinieron además algunas organizaciones que trabajan sobre el terreno y que compartieron sus experiencias más recientes, por ejemplo Blue Dragon Children’s Foundation, una entidad de Vietnam que se dedica al rescate de víctimas de trata y a su atención, sobre todo de personas que son traficadas a China para su explotación sexual.
Según su fundador, Michael Brosowski, pese a los cierres fronterizos y las restricciones por la COVID-19, el tráfico de personas hacia China ha continuado, mientras que se ha producido un aumento de la trata dentro de Vietnam.
Además, las medidas para combatir la pandemia han hecho que, por primera vez, su entidad haya sido incapaz de responder a algunas de las solicitudes de socorro que ha recibido.
HÉROES EN PRIMERA LÍNEA
El trabajo de organizaciones como esta ha sido reconocido este jueves por la ONU, que dedicó el Día Mundial contra la Trata a todos aquellos que trabajan de forma directa contra esta lacra.
“Al igual que los héroes de primera línea que salvan vidas y sirven de sostén a nuestras sociedades durante la pandemia de COVID-19, estos trabajadores siguen prestando servicios vitales durante la crisis, localizando a las víctimas y ayudándolas a tener acceso a la justicia, la salud y la asistencia y protección sociales, y evitando que se produzcan más actos de abuso y explotación”, destacó Guterres.
El Grupo de Coordinación Interinstitucional contra la Trata de Personas (ICAT, por sus siglas en inglés) homenajeó a proveedores de servicios, funcionarios policiales, trabajadores sociales, inspectores de trabajo, profesionales de la salud, ONG y activistas que “incluso en los momentos más duros de la pandemia están ayudando a las víctimas de trata en su camino hacia la rehabilitación”.
“Durante la crisis de la COVID-19, el papel esencial de las personas encargadas de dar una primera respuesta se ha vuelto aun más importante, sobre todo porque las restricciones impuestas por la pandemia han dificultado aun más su trabajo”, señaló el ICAT, que reclamó más apoyo para estos profesionales.
La trata de personas es utilizada alrededor del mundo con diversos fines, entre los que destacan sobre todo la explotación sexual y el trabajo forzado, pero también la mendicidad forzada, los matrimonios forzados, la venta de niños y el uso de niños soldados o el tráfico de órganos.
Según cifras de la ONU, las mujeres y las niñas son las víctimas más habituales y suponen un 49 % y un 23 % del total, respectivamente. EFE News