México, el reto de regular consumo y producción de cannabis medicinal
De acuerdo con Garza, las terapias médicas que se realizan con productos que tienen marihuana podrían alcanzar en México a unas 300.000 personas, para mejorar sus crisis en enfermedades como la epilepsia y, en un futuro, en otros problemas como el Parkinson y la esclerosis múltiple.
Cristina Sánchez Reyes
Nueva York – México ha dado un importante paso al aprobar el uso medicinal de la cannabis, pero aún se enfrenta al reto de regular el consumo para evitar adicciones, fabricar productos nacionales e impulsar la investigación, coincidieron expertos consultados por Efe.
“Nos queda por delante la flexibilización para la fabricación de productos nacionales, la facilitación de estudios de investigación y al final del camino el uso recreacional, lo que va a tardar más en venir”, explica a Efe el doctor Saúl Garza, director del departamento de Neurociencias del Instituto de Perinatología.
El 20 de junio se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto que legaliza el la marihuana para uso terapéutico en todo México.
Sin embargo, Manuel Mondragón, titular de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), señaló entonces que el Gobierno federal cuenta con 180 días para reglamentar el uso terapéutico y medicinal de la marihuana.
Para Fernando Cano Valle, investigador de jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el problema para la reglamentación del uso medicinal de la marihuana es que “no hay una estrategia nacional en materia de drogas que ofrezca un clima de seguridad para la población en general”.
Además, el también extitular de la Conadic señala que el sistema de salud pública no ha contemplado otorgar atención médica integral a usuarios de marihuana y otras drogas.
En ese sentido, Saúl Garza considera que aunque la legislación es un gran paso para México, este país aún se encuentra rezagado respecto a otros países en América Latina.
“Países como Uruguay, Chile, Argentina, Brasil y Colombia ya tienen legisladas las siembras individuales en casa, se puede hacer uso personal, de tal manera que nos llevan la delantera”, sostiene.
Otro de los principales retos respecto al uso de la marihuana medicinal es el impulso a la investigación en el tema, la cual también se ha quedado rezagado.
“Es necesaria más investigación y que se den las facilidades. En institutos como el de Cardiología, de Enfermedades Respiratorias, de Perinatología, por ejemplo, no hay investigadores estudiando la marihuana y sus efectos”, asegura.
De acuerdo con Garza, las terapias médicas que se realizan con productos que tienen marihuana podrían alcanzar en México a unas 300.000 personas, para mejorar sus crisis en enfermedades como la epilepsia y, en un futuro, en otros problemas como el Parkinson y la esclerosis múltiple.
La nueva legislación, según el especialista, podrá potenciar “nuevas líneas de trabajo y nuevos fármacos de origen mexicano que podrían beneficiar a pacientes en México y el extranjero”.
Sobre todo, detalla, en la cuestión de precios, pues un frasco con 325 mililitros de cannabidiol 100 % puro puede costar alrededor de 6.500 pesos (356 dólares).
El desarrollo de productos mexicanos a base de marihuana, estima, puede reducir el costo de los medicamentos al 20 % de su valor actual, ya que por ahora “son productos para ricos”.
En ese sentido, Raúl Elizalde, presidente de HempMeds México, primera empresa que comercializa productos a base de cannabis en el país, aseguró a Efe que esta nación se está poniendo a la par de otros que han logrado la legalización de la marihuana.
Elizalde, padre de Grace, la niña de 10 años con síndrome de Lennox-Gastaut que hace un par de años puso a todo México a debatir sobre la legalización de la marihuana medicinal, asegura que aún hay mucho camino por delante.
“Tenemos que empezar desde cero, con investigaciones científicas que cumplan con los estándares para registrar estos productos y venderlos como medicamentos”, afirma.
La idea de HempMeds es fabricar medicamentos para ponerlos al alcance de la población mexicana y en el futuro exportarlos a todo el mundo. EFE