Por: Gustavo Reyes
@gustavoreyesnyc
Fotos: Sony Pictures/EFE/Dreamstime

“La caída del imperio americano” es la parte final de este viaje al comportamiento humano y sus obsesiones más intimas. En esta ocasión Arcand cuenta la historia de un doctor en filosofía que se encuentra dos bolsas llenas de billetes y su vida cambia para siempre. ¿Usted qué haría? ¿Tomaría el dinero? ¿Lo devolvería? ¿A quién? Esta y muchas otras preguntas rondan la cabeza del espectador.

Denys Arcand de nuevo nos lleva a explorar el triunfo del capitalismo sobre la razón, los valores y el amor y nos hace cuestionar la vida y nuestra razón en este mundo.

¿Por qué hablar de dinero y de su victoria sobre la razón en un momento político como este?
– En realidad no hablo de dinero. En todas mis películas hablo de lo mismo: la sociedad y la época en las que vivo. Y, para mí, nuestro tiempo está marcado por la caída del imperio estadounidense, que se ha vuelto ingobernable y no sólo me refiero al actual presidente, sino a los que vienen…

En las dos cintas antecesoras los temas fueron el sexo y la muerte. ¿Crees que estamos obsesionados con el dinero también?
— Sí, ya no hay nada más que el dinero. Hemos eliminado la idea de la muerte de nuestras vidas, y perdido interés en el sexo. El dinero ha ganado y la razón ha perdido. Incluso en las artes. Por ejemplo en la música y hasta en el cine todo ahora se mide no por calidad sino por streamings y en mi caso, el del cine, una película sólo se mide por su recaudación el primer fin de semana. Ya no importa que sea bueno o malo, simplemente rentable. Es triste ¿no crees?

En una entrevista dijo que no votaba hace muchos años y que ni siquiera iba al cine, ¿cómo se divierte entonces Denys Arcand?
– Es cierto, llevo años sin votar porque no me siento representado por nadie. No me gustan las redes sociales pues trafican con nuestra información y con respecto a ir al cine considero que Netflix está asumiendo el control absoluto del cine. Y ¿cómo me divierto? Buena pregunta… Veo jugar a Rafael Nadal.

Pero me parece que aunque el dinero haya ganado, aún existimos buenos seres humanos, o sea que hay esperanza ¿no?
-Sí. Exactamente. Siento que hay muchísimas personas admirables y que aún hay esperanza en este mundo gobernado por el dinero.