Eddie Palmieri se transporta “a otro mundo” cada vez que toca el piano
Nacido en East Harlem (Nueva York), Palmieri -hermano menor del fallecido pianista Charlie Palmieri (1927-1988)- se interesó por la música desde muy pequeño, soñando con ser timbalero, igual que su ídolo Tito Puente.
Jorge J. Muñiz Ortiz
Nueva York – El veterano músico de origen puertorriqueño Eddie Palmieri, listo para presentarse en el Puerto Rico Mastercard JazzFest ’23 este mes, asegura a EFE que, cada vez que toca su inseparable piano, se transporta “a otro mundo”.
“Cuando toco la primera nota, ya no estoy ahí. Ahora entra el espíritu, el congo y me llaman por otro lado”, detalla Palmieri, de 86 años, en entrevista telefónica con EFE previa a su participación el día 17 en el espectáculo de jazz, dedicado este año al saxofonista puertorriqueño Miguel Zenón.
“Es una preparación para esa cuestión espiritual. Es como transportarte. Cuando empiezo a tocar, ya estoy por otro lado, desde el mundo único, que es el mundo de la música, para poner a la gente a gozar y bailar”, continúa diciendo uno de los últimos “mohicanos” del género tropical de la salsa.
Nacido en East Harlem (Nueva York), Palmieri -hermano menor del fallecido pianista Charlie Palmieri (1927-1988)- se interesó por la música desde muy pequeño, soñando con ser timbalero, igual que su ídolo Tito Puente.
Sin embargo, la madre de los hermanos Palmieri veía que Eddie batallaba físicamente cargando los timbales y le recomendó que se dedicara a tocar el piano, igual que su hermano, lo que aceptó. El resto es historia.
“Cada vez que toco, siento la presencia de mi hermano”, asegura Eduardo Palmieri Morales, nombre de pila de este legendario músico que considera que Charlie fue pianista, pero él solo es un “tocador de piano”.
A sus 86 años, dice sentirse “mejor que nunca”, aunque cuenta que hace seis meses sufrió un percance de salud por insuficiente oxígeno en sus pulmones.
MÁS DE 50 AÑOS DE CARRERA “Y LO QUE FALTA”
Según dice Palmieri a EFE, en los últimos 50 años de vida ha ofrecido más de 2.500 conciertos en Europa, un logro magistral para un músico.
Sobre cómo ha podido mantener la resistencia por tanto tiempo pegándole a las “blancas y negras”, en referencia a las teclas del piano, señala que se debe “al amor” que tiene a lo que hace y al instrumento.
“¡Y lo que falta!”, asegura.
“Así me tengo que mantener vivo. Yo soy un estudiante del instrumento del piano. Pero ser maestro del piano es una profesión sagrada. Y para llamarte pianista, eso es serio, no es vacilón”, reflexiona.
Esa misma seriedad Palmieri la destacará también como invitado en el cierre del Puerto Rico Mastercard JazzFest ’23 el 19 de marzo, en una presentación especial de La Mastercard JazzFest Big Band, titulada “100 años de Tito Puente y Tito Rodríguez”.
Dirigida por Egui Castrillo, en esa banda también estarán Miguel Zenón y el cantante Josué Rosado.
“EXCITAR AL PÚBLICO” A BAILAR ES SU FÓRMULA
Con el piano, Palmieri ha interpretado ritmos de origen cubano como el son montuno, guaguancó, mambo y guaguacó, con el objetivo de “excitar al público” a bailar.
“Eso es un don que me han dado para yo presentarlo y echarlo pa’ lante, para el estudiante que quiere saber estudiar nuestro género, que es precioso, y estudiar mis discos, que tienen los mejores músicos y percusionistas, porque eso fue lo que empecé con La Perfecta”, explica el legendario músico.
Fue en 1961 cuando Palmieri formó su propia banda, La Perfecta, que presentaba una primera línea poco convencional de trombones en lugar de las trompetas habituales en las orquestas latinas.
Esto creó un sonido innovador que mezcló el jazz estadounidense con ritmos afrocaribeños, sorprendiendo a críticos y fans por igual.
Palmieri disolvió La Perfecta en 1968 para dedicarse a diferentes proyectos musicales, como el jazz latino, aunque volvería a la música de la banda en la década de 2000. EFE