Nueva York – La banda española Baron Rojo y la brasileña Sepultura pusieron hoy de cabeza a los miles de fanáticos del rock en la capital ecuatoriana, tras poner en lo alto el listón de cierre del Quitofest, el mayor festival musical de la Mitad del Mundo, que cumplió quince años.

También la canadiense Kataklysm se presentó hoy en la segunda de dos intensas jornadas de conciertos y que en la víspera vio desfilar a la grande mexicana Café Tacvba y al reggae de la banda argentina Los Cafres.

Lo mejor del metal y del rock ecuatoriano se hizo presente en el festival de música que, por primera vez en su historia, cambió su formato gratuito por el de recaudación en taquilla, con un buen resultado que sus organizadores aun evalúan.

Y si bien el público ya tuvo un primer festín la noche del sábado con Café Tacvba, la gente también esperó por Sepultura, el otro plato fuerte anunciado para esta edición según sus organizadores de Global Shows y la Fundación Música Joven.

El escenario, en el Parque Itchimbía, un cerro que se levanta en el centro norte de Quito, fue testigo también de la bondad del tiempo, pues en las mañanas calentó con el fuerte sol capitalino y luego con el frescor de las tardes y noches quiteñas.

Una veintena de bandas nacionales y extranjeras se dieron cita en este festival que ya forma parte del calendario cultural de la capital de Ecuador, sobre todo en agosto, considerado el mes de las artes en la ciudad.

La estadounidense Suicide Silence, la española Havalina, la cantante mexicana Ximena Sariñana, y las agrupaciones ecuatorianas Lolabúm, Papaya Dada, Sudakaya, Minipony, Epidemia y Narcosis, entre otras, ofrecieron sus repertorios en el Quitofest 2017.

Àlvaro Ruiz, uno de los organizadores, no dudó en calificar al espectáculo como un “tremendo festival” y dijo confiar en que la edición del próximo año cuente, nuevamente, con un cartel de lujo.

Y es que Ruiz quiere ver en el Quitofest a grandes como el franco-español Manú Chao o la banda estadounidense Slayer, entre otras. EFE