Conoce al felino más rápido, el chita
Curiosamente, debido a la complexión física y la anatomía única de estos hermosos animales, los chitas apenas necesitan tomar agua.
Nueva York – El chita (Acinonyx jubatus) o guepardo es uno de los felinos más sorprendentes que conocemos. Se trata del animal más rápido que existe (con las patas sobre la tierra, claro), son predadores fascinantes que emplean métodos de caza únicos, son increíblemente hermosos y, tristemente, es una especie con un estado de conservación vulnerable crítico que podría ir camino a la extinción. Por estas razones, conocer a esta espléndida criatura es prácticamente un mandato. Acompáñame en este breve recorrido para conocer datos interesantes sobre los chitas que debes saber.
Los guepardos, que surgieron hace poco más de unos 4 millones de años, no pueden ronronear, a diferencia de otros felinos grandes, como por ejemplo los leones o los tigres. No obstante, poseen una serie de vocalizaciones muy curiosas, como gruñidos y sonidos similares a los que emiten muchas especies de aves, además, también realizan distintas expresiones faciales que manifiestan estados de ánimo en el animal.
Los chitas tienen un peso muy ligero y son extremadamente veloces. Su peso es precisamente de entre unos 35 y 65 kg, alcanzando un gran tamaño de aproximadamente 1,4 m (sin incluir la cola, de entre 65 y 80 cm). Como lo vimos cuando averiguamos cuál es el animal más rápido del mundo, el chita es el animal terrestre que alcanza mayor velocidad: entre 112 y 120 km/h. Son casi el doble de veloces que los caballos de carrera y mientras corren, sus patas no tocan el suelo durante más de la mitad del tiempo.
Lamentablemente, en todo África y Asia, con especial hincapié en la India, los guepardos corren serios riesgos de desaparecer para siempre. Para 1990 se calculaba una cifra de 100.000 guepardos en estas regiones, hoy, ese número ha descendido a 10.000. La esperanza de vida de un guepardo es de entre 10 y 12 años, de los 10.000 ejemplares que van quedando, 7.500 son salvajes, pero también adultos. Su principal amenaza es la pérdida del hábitat y la caza furtiva, ya sea por el comercio de su piel o por miedo a que ataquen el ganado.