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Exploran en Chile detección precoz y tratamiento integral de la esquizofrenia

Alrededor del 1 % de la población chilena, según datos oficiales, padece esquizofrenia, considerada altamente invalidante, pero que, según Silva, abordada tempranamente en su diagnóstico y tratamiento podría significar cambios positivos en la vida de los pacientes.

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Nelson Sandoval Díaz

Nueva York – Un equipo de investigadores chilenos trabaja en la detección precoz y en un tratamiento integral de la esquizofrenia, con el objetivo de frenar los daños neurológicos que provoca y mejorar la calidad de vida de quienes padecen esa enfermedad.

Los investigadores, liderados por el doctor Hernán Silva, psiquiatra e investigador del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI, en inglés) y de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, buscan para ello identificar diferentes biomarcadores en pacientes de riesgo, según informaron a Efe.

Alrededor del 1 % de la población chilena, según datos oficiales, padece esquizofrenia, considerada altamente invalidante, pero que, según Silva, abordada tempranamente en su diagnóstico y tratamiento podría significar cambios positivos en la vida de los pacientes.

Para ello, desde hace dos años una veintena de personas, en su mayoría adolescentes, participan en un trabajo de seguimiento y análisis que busca establecer marcadores de riesgo para predecir el posible desarrollo de esta patología u otros trastornos mentales.

“Estamos trabajando en un programa con población infantil y juvenil, que ha tenido algunas primeras manifestaciones consideradas de riesgo”, explicó Silva.

Para ello, dijo, se realiza una investigación desde el punto de vista neurobiológico “que incluye la búsqueda de marcadores electrofisiológicos, exámenes de laboratorio, pruebas clínicas y de funciones cognitivas, las cuales sabemos que se alteran precozmente”.

Para Silva, la detección precoz permite al paciente tener una mejor prevención y rehabilitación, “pudiendo incluso frenar el daño en el sistema nervioso”.

Actualmente, cuando se realiza el diagnóstico, “ya ha existido un proceso cerebral que muchas veces no es recuperable”, por lo que el trabajo procura “hacer una detección de biomarcadores en etapas previas, que nos puedan decir qué personas van a evolucionar hacia una esquizofrenia o hacia otros cuadros, como un trastorno bipolar”.

Hasta ahora, alrededor de un 30 % de los pacientes reclutados ha desarrollado esquizofrenia y en los próximos meses ya se podría tener resultados preliminares del programa.

El estudio se suma a otras investigaciones del equipo, como un programa de seguimiento a pacientes que ya han presentado un primer episodio psicótico.

La esquizofrenia afecta principalmente a los hombres y suele presentarse entre los 15 y 20 años, cuando la corteza cerebral está consolidando su desarrollo, y se caracteriza por la aparición de alucinaciones auditivas, distorsiones, trastornos del pensamiento, síntomas negativos de desmotivación y reducción de la emocionalidad.

Si no es tratada a tiempo, suele producir incapacidades psicológicas, sociales y laborales, con un importante costo económico y en términos de sufrimiento humano, según Silva.

“Hoy tenemos claro que la esquizofrenia está determinada por factores genéticos que, en conjunto con elementos ambientales producidos en la fase intrauterina o los primeros años de vida, llevan al desarrollo de esta enfermedad”, explicó.

En ese contexto, acotó, “vemos que se trata de un proceso clínico y neurobiológico que ha comenzado mucho tiempo antes de que existan manifestaciones evidentes”, lo que subraya la importancia del diagnóstico y tratamiento temprano.

Aunque puede ocurrir que las primeras señales también pueden deberse a otras razones, como una depresión causada por una ruptura familiar, sentimental, o por una situación de matonaje, para Silva es importante estar atentos y muy conectados con el entorno del paciente.

En ese sentido, consideró “fundamental” realizar un trabajo con la familia y profesores, pues “son ellos quienes pueden detectar estos cambios en los niños y adolescentes”.

Otro factor que aumenta el riesgo es el consumo de sustancias como marihuana durante la adolescencia.

Hay estudios que demuestran que conductas de ese tipo favorecen el desarrollo de la esquizofrenia, pero también que “después de los veinte años su consumo no parece influir en el desarrolle de la patología”, subrayó.

Silva y su equipo trabajan además para difundir el programa y crear en Chile una red nacional para la detección precoz de la esquizofrenia.

Además “queremos generar redes con el resto del continente, pues estrechar alianzas es fundamental para el psiquiatra, sobre todo cuando programas de esta índole sólo se han desarrollado en Estados Unidos y naciones europeas”, indicó.

“Este abordaje es pionero en Sudamérica”, destacó Hernán Silva. EFE

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