Juan Luis Guillén

Nueva York – El golfista estadounidense Jordan Spieth, reciente ganador del Abierto Británico, parte como favorito a un día del comienzo del último grande de la temporada, el Campeonato de la Asociación de Profesionales de Golf de Estados Unidos (PGA), que se disputa esta semana en Quail Hollow, a las afueras de Charlotte, Carolina del Norte.

“El desafío más grande para ganar va a ser superar el increíble talento de mis competidores esta semana”, dijo el joven golfista texano, vencedor del Masters de Augusta y el Abierto de Estados Unidos de 2015, que podría conquistar el Gran Slam (los cuatro grandes) con 24 años recién cumplidos.

La hazaña de Spieth seguiría la estela de su compatriota Tiger Woods, apartado del golf por las lesiones y los avatares personales, que se acaba de declarar inocente de conducir bajo la influencia de barbitúricos.

En sus 99 participaciones anteriores en grandes, el estadounidense Phil Mickelson y el sudafricano Ernie Els, ganadores de múltiples majors, no han logrado hacerse con el codiciado Gran Slam.

“Es un verdadero desafío porque cada grande presenta una serie de dificultades muy diferentes”, dijo Mickelson, que aún aspira a completar la colección con el Abierto de Estados Unidos y celebra esta semana, junto a Els, su participación número cien en un major.

Las condiciones de esta semana en Quail Hollow no parecen propicias para los veteranos. Las lluvias de los días previos, y las que se prevén durante todo el torneo, ya han alargado y complicado aún más el recorrido de casi 7 kilómetros del par 71, donde la lentitud de las calles contrasta con la velocidad de los greenes.

Se anticipa una semana para pegadores como el estadounidense Dustin Johnson, número uno del mundo, y el norilandés Rory McIlroy, vencedor de las ediciones de 2012 y 2014 del Campeonato de la PGA, que ha ganado dos de las siete veces que ha competido en el recorrido de Quail Hollow.

También tienen potencia y habilidad el español Jon Rahm, número seis del mundo en poco más de un año de carrera profesional, y el venezolano Jhonattan Vegas, que ha vuelto a celebrar su cumpleaños con una victoria en el Abierto de Canadá antes de llegar al último grande de la temporada.

“Todos los venezolanos tenemos una preocupación grande y todos los días nos levantamos a ver si hay alguna señal de mejora en el país. No es fácil disfrutar cuando las cosas están tan mal, pero por lo menos como deportista puedo dar alguna alegría”, dijo a Efe Vegas, que participa en Quail Hollow entre los 50 mejores del mundo.

El argentino Emiliano Grillo llega al Campeonato de la PGA en el puesto 54 del ránking mundial y con energías renovadas, después de un año de altibajos. “Ha sido un año con más bajos que altos, pero he recobrado las ganas y vuelvo a ver el vaso bastante lleno”, dijo a Efe el golfista chaqueño, representante de Sudámerica en el cuarto grande de la temporada, junto con el paraguayo Fabrizio Zanotti.

Sergio García, ganador del Masters de Augusta de este año, lidera un trío de españoles entre los 16 mejores del mundo por primera vez en la historia del golf español, en compañía de Jon Rahm y Rafa Cabrera Bello, respectivos ganadores del Abierto de Irlanda y Escocia.

Durante los prolegómenos del Campeonato de la PGA, la principal noticia ha sido el anuncio de los cambios en el reparto del calendario a partir de 2019, en el que se jugará un torneo importante cada mes: el Players en marzo, el Masters en abril, el Campeonato de la PGA en mayo, el Abierto de Estados Unidos en junio, el Abierto Británico en julio y las finales del PGA Tour en agosto.

El cambio, que evita la competencia con las fechas y la audiencia de los Juegos Olímpicos, a los que regresó el golf en Brasil, ha sido recibido positivamente por los jugadores, que también han disfrutado del permiso, por primera vez en un grande, de llevar pantalones cortos durante las rondas de prácticas.

“Por el color de las piernas, se puede saber quién han estado tomando el sol y quién ha estado pasando frío durante las últimas semanas”, dijo el estadounidense Jimmy Walker, ganador de la edición de 2016 en Baltusrol.

Las tormentas y las interrupciones de los cuatro días de competición pondrán a prueba a partir del jueves el sentido del humor y la paciencia de los mejores golfistas del mundo. “No va a ser tanto quién juega bien, va a ser cuestión de quién es mentalmente más fuerte”, dijo a Efe Jon Rahm. EFE