La actriz Goldie Hawn atrajo todas las miradas del Baile de la Ópera de Viena
Acaparó las miradas de las 5.000 personalidades del mundo del arte, la política y la economía que acudieron al tradicional Baile de la Ópera de Viena
Nueva York- La actriz estadounidense Goldie Hawn, de 71 años, acaparó las miradas de las 5.000 personalidades del mundo del arte, la política y la economía que acudieron al tradicional Baile de la Ópera de Viena.
Para evitar a los muchos fotógrafos y aficionados que la esperaban en la entrada del teatro lírico, la ganadora de un Óscar a la mejor actriz de reparto por “Cactus Flower” (1969), entró por una puerta lateral del edificio.
Llevaba un vestido largo de la casa de moda estadounidense Badgley Mischka y apareció luego en el palco de su anfitrión, el constructor vienés Richard Lugner.
Este empresario octogenario que se ha presentado sin éxito como candidato a las elecciones presidenciales de Austria paga cada año a una famosa para que lo acompañe a este evento, clímax del carnaval y de la temporada de más de 400 bailes de Viena.
En otro palco se vio a la elegante Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), fotografiando la escena con su teléfono móvil en la mano.
Fueron el joven emperador Francisco José I y su esposa, la emperatriz Elizabeth o Sisi, famosa tras ser encarnada por la actriz Romy Schneider en una película homónima de 1955, quienes iniciaron este baile.
Aunque con muchas interrupciones, no solo durante las dos guerras mundiales, la tradición se ha mantenido y la de hoy ha sido la edición número 61 del “Opernball”.
Unos 500 artesanos y técnicos trabajaron durante 1.200 horas, hasta entrada la noche de la víspera, para preparar el teatro, decorado con diez mil rosas y otras flores.
“La Ópera Estatal de Viena se transforma totalmente, es algo muy especial”, destacó su director, el francés Dominique Meyer, a la televisión pública austríaca ORF.
En la ceremonia de apertura de la fiesta, la voz del tenor alemán Jonas Kaufmann entusiasmó al público cuando entonó las arias “La fleur que tu m’avais jetee”, de la ópera “Carmen” de Georges Bizet, y “Dein ist mein ganzes Herz”, de la opereta “Das Land des Lächelns” de Franz Lehar.
La música corrió a cargo de la Orquesta de la Ópera, integrada por músicos de la Filarmónica de Viena, que fue dirigida por primera vez por una mujer: la maestra italiana Speranza Scappucci.
Como cada año, el baile en sí mismo lo abrieron 144 jóvenes debutantes que se presentan así a la sociedad, en una costumbre criticada como anacrónica pero que no tiene visos de desaparecer en el siglo XXI.
Las parejas de entre 17 y 24 años -ellos con una rosa plateada en la mano izquierda el esmoquin obligatorio, y ellas con vestidos largos blancos y la clásica diadema- llenaron la sala solemnemente antes de bailar al son de la polka “Künstler-Gruss” de Josef Strauss.
Las diademas de las chicas, con 394 cristales, zafiros azules y cinco perlas de la empresa austríaca de joyería Swarovski, fueron otras de las grandes protagonistas de la velada, diseñadas esta vez por el modisto alemán Karl Lagerfeld.
El diseñador se ha inspirado en “El Danubio azul”, de Johann Strauss, el más famoso vals del mundo que este año celebra su 150 aniversario y con el que concluyó la ceremonia de apertura.
Luego, tras el esperado “alles walzer” (“todos al vals”), cientos de parejas se mezclaron con los debutantes y colmaron el patio de butacas convertido en pista de baile.