Nueva York – El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos se mostró hoy “consternado” por la ejecución de tres hombres en Baréin el pasado domingo, el primer caso de aplicación de la pena capital en el emirato desde 2010.

Los tres ejecutados -Abbas Al-Samea, Ali Al-Singace y Sami Mushaima- eran activistas chiíes, según informaron algunos medios de comunicación, y fueron acusados de matar a tres policías en un atentado ocurrido en marzo de 2014 en la localidad de Manama.

La muerte ante un pelotón de fusilamiento de los tres hombres ha provocado la indignación de la población de este archipiélago del Golfo Pérsico, de mayoría chií, y de las organizaciones de derechos humanos, que denunciaron la falta de garantías en el juicio al que se sometieron los acusados.

En la misma línea, el portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Rupert Colville, denunció en una rueda de prensa la existencia de irregularidades procesales que marcaron la investigación de los hechos y el juicio posterior.

Según Colville, las fuerzas de seguridad bareiníes obtuvieron pruebas mediante la tortura de los acusados, que acabaron confesando el crimen.

Además, los abogados no tuvieron acceso a todas las pruebas contra sus clientes, ni se les permitió interrogar a los testigos de la acusación durante las audiencias judiciales.

“La forma en que se llevaron a cabo los juicios plantea serias dudas sobre si se respetó el derecho a un juicio justo, garantizado por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”, declaró el portavoz, que instó “nuevamente” al emirato a que “imponga una moratoria a la implementación de la pena de muerte”.

Asimismo, el representante de las Naciones Unidas explicó que las familias de los condenados no recibieron la información de que sus allegados serían ejecutados el domingo pese a que se solicitó su presencia en la prisión el día anterior.

Las tres ejecuciones son las primeras en seis años en el emirato gobernado por el rey Hamad bin Isa al Jalifa -hubo una ejecución de un bengalí en 2010- y Al-Samea, Al-Singace y Mushaima son los primeros ciudadanos bahriníes ejecutados desde 1996. EFE