Las Gemelas Silenciosas: Un pacto mortal entre hermanas
La vida secreta de June y Jennifer Gibbons, y su misterioso final

June y Jennifer Gibbons eran gemelas idénticas nacidas en 1963 en Barbados y criadas en Gales. Desde muy pequeñas, desarrollaron un comportamiento inquietante: hablaban solo entre ellas, en un idioma propio, incomprensible para el resto. Sus maestros y padres estaban desconcertados. Aunque eran físicamente normales, se movían como reflejos, y vivían en un aislamiento emocional absoluto.
Durante años, se comunicaban solo con miradas y gestos. Fueron diagnosticadas como mutistas selectivas, pero su caso iba más allá: escribían novelas, cuentos y diarios por miles de páginas, explorando temas oscuros como el crimen, la obsesión y la muerte. A medida que crecían, su vínculo se tornó más siniestro, alimentado por una rivalidad enfermiza que solo ellas entendían.
En la adolescencia comenzaron a cometer pequeños delitos: incendios, robos, vandalismo. Fueron enviadas al Hospital Broadmoor, una institución psiquiátrica de máxima seguridad en Inglaterra. Allí pasaron 11 años. Fue durante ese encierro que Jennifer, un día, le susurró a su hermana: “Creo que voy a morir pronto… para que tú puedas vivir”.
Sorprendentemente, Jennifer murió de un paro cardíaco inexplicable en 1993, a los 29 años. No había drogas en su sistema ni antecedentes médicos. Después de su muerte, June comenzó a hablar normalmente con médicos, periodistas y extraños. Su transformación fue tan radical como escalofriante.
Hoy, June vive en libertad. Escribe poesía y evita los medios. El caso de las Gemelas Silenciosas sigue fascinando a psicólogos, escritores y cineastas: ¿fue una historia de amor fraternal extremo… o una tragedia moldeada por el aislamiento, el racismo y el abandono institucional?
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