Por Mónica Gil

Todos los años cuando celebramos el Mes de la Herencia Hispana, tenemos una nueva oportunidad para reflexionar sobre cuánto han logrado y contribuido los latinos a forjar la historia de esta gran nación; a la vez, nos permitimos un espacio para ponderar también cómo los hispanos están impactando su futuro. Según el último reporte de Nielsen, From the Ballot Box to the Grocery Store: A 2016 Perspective on Growing Hispanic Influence in America (De la Urna de Votación al Supermercado: Una Perspectiva en el 2016 sobre la Creciente Influencia de los Hispanos en los Estados Unidos), ese impacto será sencillamente determinante.

El crecimiento extraordinario de la población hispana en los Estados Unidos ha sido ampliamente documentado. Los hispanos constituyen ya el mayor grupo étnico de la nación, representando el 18 por ciento de la población. Este pujante grupo está redefiniendo la esencia de lo que simboliza la cultura estadounidense en su conjunto, llevándola a un plano multicultural en todos los aspectos: bien sea con los camiones mexicanos de comida móvil a o el musical “Hamilton” en Broadway, el cual sigue teniendo un éxito sin precedentes. Esa influencia ambicultural, en la que confluyen la identidad latina y la americana, sólo puede aumentar aún más, ya que casi un tercio de los estadounidenses serán de ascendencia latina para el año 2060, según la Oficina de Censo de los Estados Unidos.

Asimismo, los hispanos también —y de manera silenciosa— están alterando los cimientos económicos y políticos de la sociedad estadounidense, lo cual implica importantes ramificaciones al adentrarnos en el siglo XXI. Solo hay que pensar en la campaña presidencial de este año. El registro de votantes hispanos en todo el país se ha disparado este año, incluso superando a otros grupos demográficos, y ahora los hispanos conforman el 12 por ciento del electorado para las elecciones de noviembre; el 65 por ciento de esos 27 millones de Latinos que son o serán elegibles para votar son menores de 44 años.

Casi un tercio de los votantes hispanos se identifican como independientes. Por otra parte, más de la mitad de esos votantes independientes dicen que no apoyan ni a demócratas ni a republicanos. Es decir, son votantes indecisos que pudieran resultar fundamentales para marcar una diferencia clave en los resultados electorales de estados bien disputados como la Florida y Colorado.

La economía nos da cuenta de una historia similar. Con una población de 57 millones de personas, los hispanos contribuyen con $1.3 billones* a la economía de los Estados Unidos, equivalente a casi un 10 por ciento. Para ponerlo en perspectiva: se trata de una cifra mayor al PIB de Australia o España. De hecho, el poder de compra de los hispanos ha crecido en un 167% desde el año 2000, más del doble durante ese mismo período entre los no-hispanos, los cuales tuvieron un crecimiento de apenas 76%.

Esto es una muestra contundente del rápido crecimiento del ingreso entre los hispanos. Casi la mitad de los hogares latinos con individuos nacidos en los Estados Unidos ganan ahora más de $50,000 anuales. Se trata de una tendencia cuyas repercusiones tienen un gran alcance en nuestra economía del consumidor, así como en otros parámetros que reflejan la estabilidad nacional tales como la propiedad de vivienda. Y este ritmo continuará, al punto que se estima que el poder adquisitivo de los hispanos llegará hasta los $1.7 billones* para el año 2020.

Al adentramos más profundamente para comprender las razones en esta tendencia, encontramos que este éxito económico está siendo impulsado por el aumento de los niveles educativos entre los hispanos, quienes ya representan la mayor minoría en los campus universitarios. El número de estudiantes hispanos de 18 a 24 años de edad matriculados en colegios para carreras universitarias de dos y cuatro años creció en más de tres veces entre los años 1993 y 2013. Otro dato importante es que el 74 por ciento de las mujeres hispanas graduadas de la escuela secundaria se matricularon en la universidad entre los años 2012 y 2014, superando a las mujeres blancas no-hispanas y afroamericanas.

Todas estas cifras apuntan a lo mismo: los hispanos en los Estados Unidos se están posicionando y reafirmando rápidamente como nunca antes, y su impacto en el destino de este país será excepcional.

• * Un trillón en los Estados Unidos corresponde a un billón en Latinoamérica y en otros países (escala larga), dado que en los Estados Unidos se maneja otro esquema de números a partir del billón (escala corta).

Mónica Gil es vicepresidenta senior y gerente general de estrategia y crecimiento multicultural en Nielsen.