Paracas, desierto al borde del Pacífico para diversificar el turismo en Perú
Situada a 260 kilómetros al sur de Lima, la Reserva de Paracas es una de las Áreas Naturales Protegidas del Perú (ANP), y uno de los humedales más significativos del mundo, en el que el mar y el desierto forman un paisaje único y su diversidad biológica es conformada por una fauna de 1.543 especies entre mamíferos, aves, peces y reptiles.
Mercedes Palomino
Nueva York – Un desierto de 335.000 hectáreas y una zona marítima excepcional dan forma a la península peruana de Paracas, uno de los ecosistemas más raros y más ricos del mundo que, por su naturaleza, se ha convertido hoy en una de las mayores apuestas del Perú por impulsar el turismo sostenible.
Situada a 260 kilómetros al sur de Lima, la Reserva de Paracas es una de las Áreas Naturales Protegidas del Perú (ANP), y uno de los humedales más significativos del mundo, en el que el mar y el desierto forman un paisaje único y su diversidad biológica es conformada por una fauna de 1.543 especies entre mamíferos, aves, peces y reptiles.
Con esto en mente, el Gobierno peruano ha proyectado que la península sea visitada este 2017 por 414.386 turistas, y en ese sentido ha alistado un nuevo “Circuito Norte”, con una inversión de 18 millones de soles (unos 5 millones y medio de dólares) en infraestructura y mayores servicios para el turista.
“La inversión busca que los visitantes disfruten las bondades naturales que ofrece la Reserva como son las impresionantes vistas y su diversidad marina”, explicó el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Eduardo Ferreyros, durante la presentación del proyecto.
El buen estado de conservación de la Reserva de Paracas se ha visto reflejado en el número de visitantes de los últimos años, y que el 2016 alcanzó su pico mayor cuando pasó de 223.132 en 2015, a 327.952 visitantes, convirtiéndose así en la segunda área protegida más importante del país.
El “Circuito Norte” de Paracas contempla unos 15 kilómetros de vía, con 12 puntos destinados al disfrute del desértico paisaje de enormes dunas y aguas frías del Mar Pacífico, y a la práctica de algunos deportes de aventura como el parapente o el buceo.
Entre las obras realizadas se encuentran nuevos puestos de control, servicios higiénicos, miradores, áreas de descanso y estacionamientos, que se ubican en playas como Yumaque, Playa Roja, Raspón, La Mina o La Plaza.
La bahía de Paracas se caracteriza por sus playas de mar azul oscuro y las de mar color turquesa, las mismas que dependen del plancton marino de cada zona; le acompaña una arena tan única como el de la Playa Roja, donde la presencia de una roca ígnea produce un tipo de arcilla roja.
Se dice que la peculiar tonalidad de esta parte de la costa peruana es el resultado de la actividad volcánica de milenarias erupciones que azotaron el Pacífico y que hoy regalan un paisaje que el Gobierno ve como una oportunidad para este tipo de turismo.
En el acto inaugural de las obras también estuvo presente la ministra peruana del Ambiente, Elsa Galarza, quien manifestó que el Perú cuenta con un alto potencial para desarrollar un crecimiento sostenible a través del uso adecuado y responsable de sus recursos naturales.
“Contar con una Reserva que no solamente alberga hermosas playas, sino también paisajes únicos de desierto, un humedal de importancia internacional y un hábitat con cientos de especies marinas y costeras, es la receta perfecta para ser un destino turístico de calidad internacional”, aseveró Galarza.
La Reserva de Paracas tiene como diferencia que es uno de los desiertos más secos del planeta, pero con una enorme riqueza biológica marina y con restos arqueológicos importantes de la Cultura Paracas (600 a.C.-200 d.C), una de las más representantivas de la etapa preinca.
Las Áreas Naturales Protegidas del Perú son los principales destinos turísticos del país y pueden alcanzar el 96 % del total de visitas turísticas anuales, según información del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp Perú).
El desarrollo del turismo en estos espacios registró en 2016 la visita de 1.833.239 turistas entre nacionales y extranjeros, lo que evidencia un crecimiento sostenido anual del 17 por ciento.
El impulso del turismo sostenible se ha convertido en una de las mejores estrategias de conservación para el Estado peruano por su bajo impacto y por crear un efecto multiplicador en la economía local.EFE