Tom Cruise, una de las figuras más emblemáticas de Hollywood, hizo una aparición sorpresa este miércoles en el Festival de Cannes durante la clase magistral de Christopher McQuarrie, director de ‘Mission Impossible: The Final Reckoning’ (‘Misión Imposible: Sentencia Final’). Como era de esperar, Cruise se convirtió en el centro de atención.

El actor posó para los fotógrafos antes del estreno mundial de la película, octava entrega de la icónica saga iniciada en 1996, sin que estuviera prevista su participación en eventos públicos. Sin embargo, llegó inesperadamente a la sala Debussy, donde fue recibido con una ovación estruendosa y se quedó varios minutos firmando autógrafos.

Durante la charla, tanto Cruise como McQuarrie intercambiaron elogios. El actor evitó confirmar si este filme será el cierre definitivo de la franquicia, comentando: “Prefiero que la gente lo vea y lo disfrute. Nos divertimos muchísimo haciéndolo. Solo quiero que lo disfruten”.

Un actor sin límites y con hambre de nuevas experiencias

A sus 62 años, Tom Cruise volvió a rodar todas sus escenas de riesgo sin recurrir a dobles, algo que destacó McQuarrie al referirse a la determinación y disciplina del actor. “El cine es emoción y placer, y cuando hay desafíos, prefiero enfrentarlos yo mismo”, afirmó Cruise.

El actor explicó que la curiosidad es su motor: “Algunas personas temen a lo desconocido, yo siento curiosidad. Siempre busco nuevas experiencias”. Su filosofía de vida se basa en la acción: “No pidas permiso. Hazlo. Es mejor intentarlo que lamentarlo”.

Cruise también compartió su visión sobre la imperfección y la creatividad: “Las películas no son perfectas, la gente no lo es, la vida tampoco. Pero hay que intentarlo”. Relajado y seguro, el protagonista de éxitos como ‘Top Gun’, ‘Jack Reacher’ y ‘Nacido el 4 de julio’ se mostró cercano y entusiasta.

Un legado cinematográfico y humano

Con más de 30 años como actor y productor, Cruise aseguró que lo más valioso de su carrera ha sido la “experiencia humana” y la posibilidad de conocer diferentes culturas alrededor del mundo. Recordó su infancia y su sueño de algún día estar en Cannes: “De niño pensaba cómo sería estar aquí. Hoy estoy agradecido de que la gente quiera ver las películas que hago”.

Un ejemplo de su perseverancia lo compartió McQuarrie, al relatar cómo Cruise insistió en lograr una compleja toma aérea que los expertos calificaron de imposible. “Gracias por su tiempo”, dijo Cruise a los especialistas, y continuó buscando alternativas hasta lograr la escena.

La clase magistral terminó con el reconocimiento general de que, sin duda, la estrella indiscutible del día en Cannes fue Tom Cruise.