Nueva York – Brittney Griner, la atleta liberada este jueves por Rusia en un canje de prisioneros con Estados Unidos, es una baloncestista olímpica, campeona del mundo y, desde hace meses, la cara visible de la campaña por traer de vuelta a los prisioneros estadounidenses en el extranjero.

Griner fue detenida en febrero pasado, pocos días antes de que Moscú lanzara su invasión de Ucrania, en un aeropuerto ruso por llevar aceite de hachís en la maleta. Fue condenada a nueve años de cárcel por tráfico de drogas.

Desde entonces, su caso ha servido para poner el foco en los muchos estadounidenses que se encuentran retenidos o condenados en países extranjeros, cuyas relaciones con Washington son tensas, y que el gobierno de EE.UU. considera “detenidos injustamente”.

En muchos casos, como el de Paul Whelan, otro ciudadano estadounidense retenido en Rusia cuya liberación es una prioridad para la Casa Blanca, los prisioneros son acusados de espionaje.

Pero Griner, acusada de contrabando de drogas por llevar menos de un gramo de aceite de hachís para vapear en su maleta, ha logrado galvanizar a la opinión pública y se ha convertido en protagonista de numerosas campañas de la sociedad civil para pedir la liberación de los prisioneros estadounidenses en el extranjero.

UNA ESTRELLA EN ALZA

En su país, la atleta es conocida por haber ganado dos veces la medalla de oro en unos Juegos Olímpicos (2016 y 2020), y por haber ganado dos campeonatos del mundo de baloncesto con el equipo nacional de EE.UU. (2014 y 2018).

Empezó su carrera profesional en 2013 con el equipo Phoenix Mercury, aunque ya había tenido apariciones con el equipo nacional durante su estelar paso por el baloncesto universitario.

Además, Griner jugó fuera de temporada con los Zhejiang Golden Bulls de la Asociación China de Baloncesto Femenino entre 2013 y 2014, y empezó a jugar, también fuera de temporada, con el equipo ruso UMMC Ekaterinburg desde 2014.

La atleta ha recibido numerosos premios a jugadora del año y ha ganado diferentes competiciones nacionales tanto con su equipo estadounidense como con el ruso.

ICONO LGTBI

Griner es también un icono de la comunidad LGTBI, ya que fue la primera atleta abiertamente gay con quien Nike firmó un acuerdo promocional, y ha escrito y hablado abiertamente en numerosas ocasiones del “bullying” que sufrió por ser homosexual.

En 2019 se casó con quien es su mujer actualmente, Cherelle, después de un matrimonio algo tumultuoso con la también baloncestista Glory Johnson.

Cherelle ha jugado un importante papel en la campaña por traer a Griner de vuelta a los Estados Unidos, protagonizando una emotiva llamada con el presidente estadounidense, Joe Biden, en la que el mandatario le leyó una carta que poco después mandó a la atleta mostrándole su apoyo.

MESES DE NEGOCIACIONES

La atleta fue liberada este jueves después de meses de negociaciones para devolverla a suelo estadounidense.

En febrero, su detención durante el caos de los días previos a la invasión rusa de Ucrania hizo temer a las autoridades estadounidenses que Moscú utilizara a Griner de rehén contra Washington.

Los esfuerzos de la diplomacia estadounidense por traer de vuelta a la baloncestista han sido ampliamente escrutados por los medios estadounidenses, que fueron los primeros en revelar la “oferta sustancial” que las autoridades del país hicieron a las rusas en julio pasado, nunca confirmada oficialmente.

Entonces, varios medios informaron de que Estados Unidos propuso a Rusia intercambiar a Griner y a Paul Whelan por Víctor But, un traficante de armas ruso conocido como “el mercader de la muerte”.

Moscú no aceptó, proponiendo la inclusión de un segundo preso en el intercambio, un ruso condenado por asesinato en Berlín, y criticando a los diplomáticos de EE.UU. por airear en público sus negociaciones.

Desde entonces, la Casa Blanca ha seguido presionando al Kremlin para que propusiera una contraoferta seria para la liberación de Griner.

Este jueves, Biden aseguró que la atleta se encuentra sana y salva y de camino a Estados Unidos en un avión. EFE