Arroz con Leche Casero – Postre Cremoso y Tradicional que Nunca Falla

Hay postres que nos transportan directamente a la cocina de la abuela, y el arroz con leche casero es uno de ellos. Cremoso, aromático y con ese toque de canela que reconforta al primer bocado, este clásico es perfecto para cualquier momento del año. Ya sea que lo sirvas caliente, tibio o frío, es un postre que siempre triunfa y que se prepara con ingredientes básicos que todos tenemos en casa. Lo mejor es que puedes ajustarlo a tu gusto: con más canela, ralladura de limón o incluso un chorrito de leche condensada para los más golosos.
Ingredientes (para 6 porciones)
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1 taza de arroz blanco
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4 tazas de agua
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1 ramita de canela
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1 pizca de sal
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1 litro de leche entera
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1 taza de azúcar (ajustar al gusto)
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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Canela molida para decorar
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Ralladura de limón o naranja (opcional)
Preparación paso a paso
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Cocinar el arroz:
En una olla grande, coloca el arroz, el agua, la ramita de canela y la pizca de sal. Cocina a fuego medio hasta que el arroz esté tierno y el agua se haya absorbido casi por completo (unos 15–20 minutos). -
Añadir la leche:
Agrega la leche entera poco a poco, removiendo con frecuencia para evitar que se pegue al fondo. Cocina a fuego bajo durante 20–25 minutos, hasta que la mezcla comience a espesar. -
Endulzar y aromatizar:
Incorpora el azúcar, la vainilla y la ralladura de limón si deseas. Remueve constantemente durante otros 10 minutos, o hasta alcanzar la cremosidad deseada. Ten paciencia: el arroz con leche mejora con el tiempo y el mimo. -
Reposar y servir:
Retira del fuego y deja reposar unos minutos. Puedes servirlo caliente, tibio o frío. Espolvorea con canela molida antes de llevarlo a la mesa.
El arroz con leche casero es un abrazo servido en taza. Es un postre humilde pero lleno de sabor, ideal para cerrar una comida o acompañar una tarde de lluvia con café. Puedes guardarlo en la nevera por hasta tres días y disfrutarlo frío como un snack dulce. También puedes personalizarlo con leche vegetal, pasas, coco o clavos de olor para darle tu propio toque. Lo prepares como lo prepares, es un clásico que siempre conquista.
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