“Café for Change” denuncia “modelo neocolonial” de este cultivo
El fundador de Café for Change denuncia que "no hay imperio de la ley" en el comercio de este producto, uno de los cultivos más importantes en países de Suramérica, como Brasil y Colombia, y Centroamérica, y considera que la crisis migratoria centroamericana está estrechamente relacionada con este problema.
Nueva York – El comercio del café debe seguir un modelo sostenible que garantice precios justos y respete los derechos humanos de sus cultivadores, pide a la Unión Europea el fundador de la plataforma Café for Change, Fernando Morales de la Cruz, quien denuncia un “modelo neocolonial” de este cultivo.
“Tenemos no solo el compromiso moral sino la obligación legal de que el comercio de la Unión Europea (UE) esté basado en el respeto a los Derechos Humanos y a los Derechos de los Niños”, declaró Morales de la Cruz este lunes en una entrevista con Efe en Madrid.
Para este activista guatemalteco, el principal problema reside en que once multinacionales centralizadas en Suiza controlan el 70 % del mercado global del café.
“No podemos seguir en un sistema de comercio neocolonial como el actual, en el que los países importadores y la Unión Europea, que es el 41 % de toda la producción de café del mundo, están comprando el café un 75 % más barato que el precio del Convenio Internacional del Café de 1983”, afirma Morales de la Cuz.
El fundador de Café for Change denuncia que “no hay imperio de la ley” en el comercio de este producto, uno de los cultivos más importantes en países de Suramérica, como Brasil y Colombia, y Centroamérica, y considera que la crisis migratoria centroamericana está estrechamente relacionada con este problema.
“Si alguien está violando la ley, hay que proteger a los débiles”, concluye, y aboga por mejorar las condiciones de vida de los pequeños agricultores para que haya “una clase media rural” que permanezca en su entorno.
Ante esta situación, en la que los pequeños productores no tienen la capacidad de negociar, las potencias cafeteras deberían unirse: “Los Estados tienen el derecho soberano a crear una organización de países productores de café, que yo he sugerido que se llame OCAFÉ”.
Esta organización, que seguiría un modelo similar a la OPEP con el petróleo, controlaría la producción e intentaría influir en los precios, creando un excedente para vender en el momento adecuado.
Morales de la Cruz también critica las “falsas soluciones” por parte de la UE y los países importadores con fórmulas como la del comercio justo, al que califica como “un fraude al consumidor” que beneficia especialmente a las multinacionales y no repercute en los pequeños productores.
“El comercio justo le paga a los productores menos de la mitad de lo que recibían en 1983 y tiene además trabajo infantil en casi el 90 % de las plantaciones certificadas”, denuncia este activista, periodista y consultor, que actualmente reside en Estrasburgo (Francia).
Para alcanzar una solución real, la UE debería ser transparente y establecer “un comercio de asociación con sus excolonias en el que los pequeños productores reciban el precio debido por una taza de café, y no menos de un céntimo por taza, como ocurre hoy”.
El fundador de “Café for change” propone garantizar a los caficultores 10 céntimos por taza mediante “un sistema transparente de valor compartido”, con el que propone mejorar las condiciones de vida de los agricultores, como la financiación de la seguridad social o la educación.
“Aprovecho para pedirle al presidente (Pedro) Sánchez -jefe en funciones del Gobierno español- y a Borrell -ministro de Asuntos exteriores español y candidato a jefe de la diplomacia de la UE- que ayuden a Iberoamérica, como puente que España puede y debe ser con la Unión Europea”, dice.
Café for Change nació en 2017 con la intención de ser una empresa emergente alternativa al comercio tradicional del café, el cacao y el té, aunque, de momento, se centra en denunciar ante organismos públicos y medios de comunicación lo que llaman las injusticias de este comercio. EFE