El Red Bull de Salzburgo, imbatible en Austria pero con poco fuelle en Europa
La marcha la pasada temporada del técnico español Óscar García (a Francia) y de su mejor goleador, el también español Jonathan Soriano (a China), no ha afectado el buen funcionamiento del equipo.
Antonio Sánchez Solís
Nueva York – El Red Bull de Salzburgo, próximo rival de la Real Sociedad en la Liga Europa, lleva una década dominando el fútbol austríaco, siempre con una plantilla muy joven, que sirve como cantera para el subcampeón alemán RB Leipzig, y que ello no logra nada importante en competiciones europeas.
El equipo, que va segundo en la tabla de la Bundesliga austríaca, lleva cuatro temporadas consecutivas proclamándose campeón local.
Desde que en 2005 la famosa marca de bebidas energéticas Red Bull, en propiedad del magnate austríaco Dietrich Matteschitz, adquiriera el club, cambiándole el nombre y los colores, los “Toros Rojos” de Salzburgo se han apoderado de buena parte del palmarés en en el país alpino, con ocho ligas y cinco copas en 12 años.
La marcha la pasada temporada del técnico español Óscar García (a Francia) y de su mejor goleador, el también español Jonathan Soriano (a China), no ha afectado el buen funcionamiento del equipo.
Con el alemán Marco Rose en el banquillo desde el verano pasado, el Salzburgo lleva ya doce victorias en 19 encuentros, aunque solo va segundo detrás del Sturm Graz.
Tras la marcha de Soriano, la nueva estrella del Red Bull es el israelí Munas Dabbur, con 12 de los 40 goles marcados por el Salzburgo en lo que va de temporada en la liga y con cinco de los once tantos que ha marcado el club en la Liga Europa.
En la fase de grupos de la Liga Europa, el Red Bull se ganó un pase a la siguiente ronda de forma segura pero sin contundencia, con tres victorias y dos empates.
Su mayor éxito en la Liga Europa ha sido hasta ahora los octavos de final en los que perdió en 2013 ante el Basilea suizo, aunque desde 2005 nunca se han conseguido meterse en la Liga de Campeones.
Cuando la Real Sociedad acuda el próximo 22 de febrero al Red Bull Arena, es muy probable que se encuentre con un graderío con poca presencia de aficionados locales.
De las 30.000 plazas hasta las que se amplió el estadio de Salzburgo para la Eurocopa de 2008 no suelen ocuparse ni una cuarta parte en los partidos del Red Bull.
Por un lado, muchos seguidores no han perdonado que Red Bull acabará de un plumazo con la historia del equipo al cambiar nombre y colores y decretar que estaba fundando un club nuevo.
Además, la política de fichajes y transferencias, que han convertido al equipo prácticamente en un centro de entrenamiento para el RB Leipzig, también propiedad de Red Bull, no gusta a buena parte de la afición.
El propio García reconocía el pasado mayo la dificultad de clasificar al equipo para la Liga de Campeones cuando los mejores jugadores “se van cada seis meses” a otro club más potente.
Un ejemplo de esa política es la del guineano Naby Keita, que en 2014 fue fichado por el Salzburgo por 1,5 millones de euros, que dos años después pasó al RB Leipzig y que el pasado agosto fue vendido al Liverpool por 70 millones de euros.
Esa relación entre el Salzburgo y el Leipzig causó incluso problemas a la hora de definir a los participantes de la Liga de Campeones, ya que la norma prohibía que dos equipos pertenecientes a la misma franquicia participaran en la competición europea.
La UEFA, finalmente, permitió a ambos equipos participar, el austríaco en la ronda previa, que no superó, y el club germano directamente en la fase de grupos. EFE