Focaccia Clásica – Receta Italiana Esponjosa con Romero y Sal Marina

La focaccia clásica es uno de los panes más representativos de la gastronomía italiana. Con su textura aireada, su corteza dorada y su sabor a aceite de oliva y hierbas, esta receta es perfecta como acompañamiento o para servir como aperitivo. Prepararla en casa es más sencillo de lo que parece y el resultado es espectacular: una focaccia suave por dentro, crujiente por fuera, ideal para mojar en aceite, acompañar con embutidos o servir como base para bocadillos. El secreto está en una buena fermentación y en la generosa cantidad de aceite de oliva virgen extra.
Ingredientes (para una bandeja mediana):
-
500 g de harina de trigo (de fuerza o panificable)
-
10 g de sal
-
7 g de levadura seca de panadería o 25 g de levadura fresca
-
325 ml de agua templada
-
50 ml de aceite de oliva virgen extra (más extra para la superficie)
-
1 ramita de romero fresco
-
Sal marina gruesa o escamas
Preparación:
-
En un bol grande, mezcla la harina con la sal. Disuelve la levadura en el agua templada y añade a la harina junto con el aceite.
-
Amasa durante 10 minutos hasta obtener una masa suave y elástica. Cubre con un paño y deja reposar en un lugar cálido hasta que doble su volumen (aproximadamente 1 hora).
-
Engrasa una bandeja con aceite de oliva. Vuelca la masa y extiéndela suavemente con las manos, sin desgasificar demasiado.
-
Deja fermentar nuevamente 30 minutos. Luego, con los dedos, haz hoyuelos sobre toda la superficie de la masa.
-
Rocía generosamente con aceite de oliva, añade sal gruesa y las hojas de romero.
-
Hornea en horno precalentado a 220 °C durante 20–25 minutos o hasta que esté dorada y crujiente.
La focaccia clásica es deliciosa servida caliente o a temperatura ambiente. Puedes adaptarla añadiendo tomates cherry, aceitunas, cebolla caramelizada o queso rallado. Es ideal para acompañar platos como ragú de carne o como parte de una tabla de antipasti. También puedes usarla como base para sándwiches gourmet.
No Comment