La final de Copa, punto de inflexión para Mbappé

Madrid, 24 abr (EFE).- Del apoyo del Santiago Bernabéu tras un mal inicio a los pitos. Ningún futbolista de élite del Real Madrid se ha librado de escuchar silbidos por parte de su público. Ni Cristiano Ronaldo fue esquivo a este juicio. Y ante Arsenal y Athletic Club, Kylian Mbappé fue consciente de un descontento de su afición que irá a más o se disipará según sea su rendimiento en la final de Copa del Rey de este sábado.
El atacante francés llega descansado. Un esguince en el tobillo derecho en la vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones -además de que ya arrastraba un partido de sanción por su roja directa ante el Alavés- le ha dejado fuera de la convocatoria ante Athletic y Getafe. Diez días sin jugar que llegarán a su fin en Copa, salvo contratiempo.
No se quiso forzar su reaparición el miércoles en Getafe y el mismo día de partido siguió haciendo trabajo específico de recuperación para llegar a la final en el mejor estado de forma posible. “Buenas sensaciones”, transmiten a EFE desde el club. Y es que por sus botas pasan muchas de las opciones del Real Madrid de ganar un título e imponerse por primera vez al FC Barcelona esta temporada.
Para ello, el conjunto blanco necesita que Mbappé recupere su mejor versión. Esa que sumó 19 goles en enero, febrero y marzo para recomponerse de un inicio lejos del nivel que prometía, y al que ha vuelto en las últimas fechas.
Kylian no marca desde hace casi un mes. Su último gol, en el doblete que anotó ante el Leganés el pasado 29 de marzo. Desde entonces, cinco partidos sin marcar y una expulsión ante el Alavés en el minuto 38, tras una entrada a destiempo que fue sinónimo de frustración.
Un bajón de rendimiento que se traduce también al Real Madrid. Con dos victorias, dos derrotas y un empate en la prórroga en Copa, tras perder en los 90 minutos ante la Real Sociedad. Un balance que deja al Real Madrid a cuatro puntos del FC Barcelona en Liga y eliminado en los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Y fue precisamente tras esta eliminación cuando Mbappé escuchó los primeros silbidos. Fue en el minuto 75, cuando abandonó el campo, con 1-1 en el marcador y 1-4 en el global, después de un duelo con Declan Rice que le provocó un esguince leve en el tobillo derecho.
Dejó el terreno de juego con un solo disparo, desde fuera del área y lejos de la portería defendida por David Raya, y sin poder encabezar un intento de remontada madridista que se generó en el ambiente de los días previos y languideció en el césped del Santiago Bernabéu por el poco fútbol de los de Carlo Ancelotti.
La final de Copa, día de inflexión
Una dura derrota, al sentirse lejos del Arsenal, que hace que la final de Copa del Rey de este sábado cobre más importancia si cabe. Para la temporada del Real Madrid, para el futuro inmediato de Carlo Ancelotti y para el ambiente que rodee a Mbappé en lo que resta de temporada.
El francés volvió a escuchar pitos cuando se le mostró en el videomarcador del Santiago Bernabéu mientras veía el Real Madrid-Athletic Club en su palco del estadio junto a su madre. Uno de los señalados del mal momento del conjunto blanco y que estará bajo la lupa en el clásico.
Partido ante el FC Barcelona, un rival al que Mbappé ha anotado siete goles en seis partidos. Sin contar a los rivales a los que se ha enfrentado durante ocho temporadas en la Ligue 1, su rival predilecto.
Eso sí, una estadística inflada de sus enfrentamientos cuando defendía la camiseta del París Saint-Germain, con seis tantos en cuatro encuentros.
En los dos en los que ha defendido la camiseta del Real Madrid su rendimiento ha estado lejos de la estrella que lideraba al PSG. Sobre todo en el primero, en el Santiago Bernabéu.
Ocho veces cayó en fuera de juego el galo. Y erró tres mano a mano ante Iñaki Peña que pudieron cambiar el devenir de un encuentro que finalizó con goleada del FC Barcelona (0-4).
90 minutos en los que demostró la falta de confianza que le inundó en sus primeros meses en el Real Madrid. Hasta “tocar fondo” en San Mamés el 4 de diciembre. Un tanto anulado por fuera de juego y un penalti fallado. Semanas más tarde reconoció sus problemas y levantó cabeza.
Tanto que anotó, en los tres primeros meses de 2025, 19 de los 33 goles que suma como madridista. El primero, ante el FC Barcelona en el clásico de Arabia Saudí en el que abrió el marcador, pero con su gol precedió a cuatro en 33 minutos del conjunto azulgrana.
Mejoró su imagen, pero el Real Madrid no. Y este sábado, Mbappé afronta su tercer clásico Real Madrid-FC Barcelona en el foco por su bajo rendimiento y por no asumir galones en el intento de remontada ante el Arsenal.
Óscar Maya Belchí
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