Nueva York – La ONU reclamó hoy que las partes en conflicto faciliten el acceso “inmediato y seguro” a la ayuda humanitaria ante la situación de hambruna declarada en varias zonas de Sudán del Sur.

La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) destacaron en un comunicado conjunto que “solo puede evitarse una hambruna más amplia si se incrementa urgentemente la ayuda y esta llega a los más necesitados”.

El último análisis de seguridad alimentaria en Sudán del Sur ha llevado a declarar la hambruna en los condados de Leer y Mayendit, en el estado septentrional de Unidad, mientras que otras dos zonas están en riesgo de seguir los mismos pasos.

Unas 100.000 personas sufren hambre y otro millón está a punto de padecerla en el país, donde la inseguridad alimentaria se ha deteriorado a niveles sin precedentes por la prolongada violencia y el desplazamiento de la población, entre otros factores.

También ha influido, según la ONU, la falta de protección que ha impedido un acceso humanitario adecuado y la distribución de ayuda.

“Nos unimos en un llamamiento a todas las partes implicadas para que faciliten un acceso inmediato y seguro a los operadores humanitarios y respeten su espacio”, señalaron los máximos representantes de las tres organizaciones.

La ONU precisó que “las intervenciones masivas y oportunas evitaron las hambrunas en los últimos tres años, mitigando los peores efectos de la crisis”, si bien la prestación de ayuda se ha vuelto cada vez más difícil en las zonas más afectadas.

Actualmente hay 4,9 millones de personas, más del 40 % de la población sursudanesa, con necesidad urgente de alimentos y se espera que la situación continúe deteriorándose durante la temporada de escasez a partir de julio de 2017.

La declaración de hambruna significa que ya existen personas que han empezado a morir de hambre en Sudán del Sur, que se halla en su peor catástrofe de este tipo desde que estalló el conflicto en diciembre de 2013.

Entonces el presidente Salva Kiir, de la etnia dinka, denunció un intento de golpe de Estado por parte de su vicepresidente, Riek Machar, perteneciente a la tribu nuer.

Los más de tres años de conflicto han dañado gravemente la producción de cultivos, mientras que el aumento de la inflación (de hasta el 800 % anual) y el desabastecimiento en los mercados han golpeado distintas zonas. EFE