Más de 550 familias desplazadas por unas lluvias en un campo en Mosul
La fuerza del agua ha causado que "al menos 550 tiendas de campaña" donde vivían unas 2.600 personas se derrumbaran, por lo que las familias tuvieron que ser trasladadas a colegios, mezquitas o a casas de otras familias en otros pueblos, afirmó hoy a Efe Ahmed Obaid al Eisa, alcalde del municipio de Al Nimrud, a 35 kilómetros al sureste de Mosul.
Yáser Yunes
Nueva York – Más de 550 familias desplazadas por la ofensiva militar contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en la ciudad iraquí de Mosul se han visto obligadas a trasladarse en los últimos tres días fuera del campamento en el que residían por las fuertes lluvias que han arrastrado sus tiendas de campaña.
La fuerza del agua ha causado que “al menos 550 tiendas de campaña” donde vivían unas 2.600 personas se derrumbaran, por lo que las familias tuvieron que ser trasladadas a colegios, mezquitas o a casas de otras familias en otros pueblos, afirmó hoy a Efe Ahmed Obaid al Eisa, alcalde del municipio de Al Nimrud, a 35 kilómetros al sureste de Mosul.
Explicó que “la zona afectada se encuentra en el sector sur” del campamento donde “hay una vaguada, por lo que ahí se acumuló el agua e inundó esas tiendas”, arguye.
Y no solo se vio anegada esa zona del campo, donde viven en total unas 1.600 familias, sino que las lluvias han “paralizado el transporte a Mosul, pues se cortaron todas las carreteras que llevan a la urbe”, indica el alcalde.
Añadió que “ahora estamos intentando montar de nuevo las tiendas de campaña que cayeron para el regreso de las familias”.
Por el momento, ya han llegado reservas de combustible, comida y nuevas tiendas “como ayuda del ministerio de Migración iraquí”, aseveró el responsable comarcal.
“Hemos vivido una tortura y humillación en este campamento de Nimrud (…) No teníamos nada más que esta tienda de campaña que se derrumbó encima de mí, de mi marido discapacitado y mis cuatro niños”, se lamentó la iraquí Um Mohamed a Efe desde una instalación cerca del campo al que ha tenido que ser nuevamente desplazada.
Cuenta que ella y su familia tuvieron que huir el año pasado de Mosul cuando su casa quedó reducida a escombros por las batallas que las fuerzas iraquíes, apoyadas por la coalición internacional liderada por Estados Unidos, llevaron a cabo en el casco antiguo de Mosul, una zona que quedó en ruinas y la última en ser liberada.
“El agua nos inundó y la tienda se cayó”, solloza la mujer, y añade: “queremos volver a nuestras zonas y pedimos al Gobierno que vuelvan a construir nuestra casa. Hemos intentado salir de aquí hace un mes pero no pudimos alquilar una casa por el aumento de los precios”.
Otro de los que tuvo que huir por las lluvias de los últimos tres días, que alcanzó 1.60 metros de altura, según el alcalde, es el iraquí Naif Mahauish, originario de un pueblo al oeste de Mosul.
“Fuimos trasladados a un colegio vecino cerca del campamento (…) Tres de mis niños y mi mujer se enfermaron por el frío”, explica, y elevó la voz para pedir “soluciones rápidas y que se nos compense para que podamos recuperar nuestras hogares derribados”.
Al respecto, Mohamed Ayed al Huseini, responsable de la Oficina del Ministerio de Migración en la comarca de Al Hamadaniya, que pertenece a la provincia de Nínive, dice a Efe que el ministerio “quiere ayudar a las familias desplazadas y proporcionar combustible necesario”.
Debido a la batalla en esta ciudad, que fue liberada en julio de 2017, numerosos campamentos han sido levantados en los alrededores de la urbe por la ONU y organizaciones locales.
Una de las tareas más importantes para el nuevo Gobierno iraquí es el retorno de los desplazados a sus hogares, cifrado en más de 2 millones, de los cuales alrededor de 613.000 residen en campamentos, según datos de la ONU. EFE