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Nueva York celebra un multitudinario Orgullo Gay dedicado a los activistas

La marcha llenó de júbilo la Quinta Avenida hasta Greenwich Village, como en los últimos 48 años, pero a diferencia de otras ocasiones, cobraron protagonismo figuras poco conocidas que trabajan desde las trincheras del activismo para avanzar en la igualdad de derechos de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales.

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Nora Quintanilla

Nueva York – Con banderas arcoiris, carteles reivindicativos, atrevidos atuendos y el mejor de los ánimos, decenas de miles de personas festejaron hoy el Desfile del Orgullo Gay en la ciudad de Nueva York, cuna de la celebración que visibiliza al colectivo LGBT desde hace casi medio siglo.

La marcha llenó de júbilo la Quinta Avenida hasta Greenwich Village, como en los últimos 48 años, pero a diferencia de otras ocasiones, cobraron protagonismo figuras poco conocidas que trabajan desde las trincheras del activismo para avanzar en la igualdad de derechos de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales.

El título de maestro de ceremonias, otras veces ostentado por celebridades, recayó en la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y su rama neoyorquina (NYCLU); la primera transexual en el departamento de bomberos local, Brooke Guinan; la activista de VIH/Sida Krishna Stone y el líder LGBT chino Geng Le.

“Está cambiando el enfoque hacia lo que el Orgullo en Nueva York debería ser”, aplaudió en declaraciones a Efe Brandon Holmes, organizador de NYCLU.

Para Holmes, que organizaciones como la suya sean homenajeadas es un reconocimiento al “trabajo de campo” de personas anónimas que se refleja no solo en “cambios de políticas sino también en la cultura, en cómo la gente ve los problemas (de la comunidad LGBT)”.

Algunos pasos de cebra en torno al Village, barrio insignia de esta diversa comunidad, se tiñeron de colores para que los asistentes al evento pudieran también cruzar el arcoiris si querían cambiar de acera y acercarse al Stonewall Inn, donde comenzó la historia del desfile.

En 1969, cientos de personas se rebelaron a grito de “gay power” contra las redadas de la Policía dirigidas a homosexuales en este bar declarado hoy monumento histórico. La sublevación duró seis días y dio lugar al movimiento por los derechos de la comunidad homosexual.

Con motivo del primer aniversario de lo acaecido en Stonewall, se celebraba una manifestación por los derechos civiles en aquel mismo vecindario que se convertiría en el actual Desfile del Orgullo Gay de Nueva York, considerado uno de los más grandes del mundo.

Entre el público, apoyado sobre las vallas dispuestas por el amplio operativo policial, se podían ver familias con niños, parejas mayores y jóvenes, grupos de amigos o personas solas que, pertenecientes o no a la comunidad LGTB, se declaraban abiertamente orgullosas de apoyar su igualdad.

“Me encanta el Orgullo, todo el mundo muestra amor y es maravilloso”, dijo Kima, una chica que presumió de llevar nueve años con su novia, Rayshan, y de haber asistido desde el principio de su relación a cada desfile en la ciudad.

Otra joven, Tay, aseguró que lo mejor de este día es la sensación de libertad: “Todo el mundo se puede liberar, ser feliz y disfrutar del amor”.

El Orgullo Gay tomó hoy, en diferente medida, otras ciudades en Estados Unidos, donde la Corte Suprema reconoció legalmente en 2015 el matrimonio homosexual pero siguen existiendo obstáculos para la comunidad LGTB.

Holmes (NYCLU) señaló, entre otros, la “categorización de las mujeres transexuales de color como trabajadoras sexuales”.

Este colectivo, denunció, es sometido a registros policiales y si llevan preservativos los agentes pueden “pensar que hay un vínculo directo” con la prostitución y arrestarlas ilegalmente.

Asimismo, Holmes añadió que los estudiantes de escuelas públicas necesitan mayor protección legal contra la discriminación en un momento en el que, bajo la Administración Trump, la “narrativa está cambiando”.

En este sentido, destacó la presencia en el desfile de Gavin Grimm, un joven de Virginia que se identifica como hombre y fue obligado por su escuela a usar los baños para mujeres, por lo que denunció al centro en un caso que llegó a la Corte Suprema.

La norma resultante permitía a los alumnos transexuales de las escuelas públicas del país usar los baños y vestuarios de su preferencia, pero fue anulada en marzo por el Gobierno de Trump.

“La elección de Donald Trump ha traído una nueva ola de discriminación enfocada a la comunidad LGBT, particularmente a los inmigrantes, la gente de color y las mujeres entre nosotros. Ahora es tiempo de resistencia y resiliencia”, señaló James Esseks, de ACLU, en un comunicado.

El lema de este año, “Estamos orgullosos”, hace referencia a la “habilidad inquebrantable” de la comunidad LGBT de levantarse y estar orgullosa “incluso en el entorno político actual”, expone la organización.

Así lo corroboró Luna, que observaba la sucesión de expresiones libres de amor por las calles de su ciudad. “Yo he venido porque soy gay y tenía que celebrarlo”, convino la joven, para quien la situación “ahora mismo no está muy allá”, pero en el futuro, afirmó con seguridad, “va a estar bien”. EFEUSA

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