Para un “naturalista artificial” Miami es un “paraíso”
Ejemplares gigantes de la fauna local como caimanes, manatíes y calamares, que aparecen subidos o cerca de autos deportivos de alta cilindrada, esas "tarjetas de presentación" de ciertos ciudadanos, son los protagonistas de las obras que componen "Miami Beast", la muestra que el bogotano trae a la feria de este año.
Lorenzo Castro E.
Nueva York – El artista hispano-colombiano Alberto Baraya, presente en la feria Art Basel Miami Beach con una exposición unipersonal, ejerce de naturalista para rastrear vestigios de una humanidad compartida en ciudades como Miami, un “verdadero paraíso” plagado de todo tipo de “bestias artificiales”.
Ejemplares gigantes de la fauna local como caimanes, manatíes y calamares, que aparecen subidos o cerca de autos deportivos de alta cilindrada, esas “tarjetas de presentación” de ciertos ciudadanos, son los protagonistas de las obras que componen “Miami Beast”, la muestra que el bogotano trae a la feria de este año.
La galería madrileña Fernando Pradilla se estrena en esta prestigiosa cita artística y lo hace dentro de la sección Nova, con una exposición unipersonal de Baraya que es fecunda en óleos sobre lienzo y acuarelas en papel engendrados bajo el aura de los naturalistas decimonónicos.
“Para este personaje que me he inventado, el del naturalista artificial, Miami es un verdadero paraíso”, reconoce el artista, quien desde hace cinco años visita de forma regular esta ciudad del sur de Florida e incluso en 2018 hizo una residencia en el Espacio 23, del mecenas y coleccionista Jorge Pérez.
“Es una especie de coleccionista, un artista que utiliza la metodología del coleccionismo como práctica artística”, agregó sobre ese “naturalista artificial” que en Miami recorrió playas y canales y halló “remanentes casi obsoletos” que luego los echó “a la grupa de su caballo” y las hizo parte de su colección.
Entre esos “especímenes” que volcó en sus obras figuran además animales exóticos como hipopótamos, a los que retrató bañándose en Miami Beach y que, señala Baraya, remiten a la Hacienda Nápoles, la finca que tenía el fallecido capo de la droga Pablo Escobar en Puerto Triunfo (Colombia).
El artista resalta que las colecciones de animales exóticos son, como los autos deportivos, “un símbolo de poder”.
“El lujo y la potencia tecnológica de los autos asume, poco a poco, las funciones que otrora ejerciera el boato de carruajes y caballos”, agregó.
LA FLORA ARTIFICIAL
En el Centro de Convenciones de Miami Beach, sede de la feria, Baraya expondrá también la serie “Herbario de plantas artificiales”, surgida precisamente durante su estancia en Espacio 23, que es una suerte de láminas botánicas con “reproducciones de flora made in china”.
Plantas de plástico, cerámica o vidrio, catalogadas al modo de los viajeros y naturalistas, que en el caso de Miami fueron recogidas durante “expediciones” al barrio de Allapattah, y que en 2019 formaron parte de una muestra en pleno Miami Beach, montada como una replica de “un greenhouse (invernadero) con cientos de plantas chinas”.
A esa colección se suma un árbol de navidad forrado con telas de camuflaje usadas por el Ejercito de Estados Unidos. “Uno de esos árboles de feria, una especie de absurdo árbol con toda su significación mágica de amor, pero camuflado con telas de un ejercito militar”, el más poderoso del mundo, explicó.
LO UNIVERSAL DESDE LO PARTICULAR
La premisa detrás de “Herbario de plantas artificiales”, cuyos resultados ha expuesto en Nueva York, Madrid, Venecia o Shangai, le sirve como punto de partida “para hablar de las relaciones que establecen los hombres a través de las plantas”, y abordar “una humanidad que todos compartimos”, señaló.
Las plantas de cristal de murano que vio en Venecia por ejemplo le sirvieron para reflexionar sobre “la relación con lo decorativo”, mientras que en Shangai la punta de lanza fueron las plantas invasoras.
“Creo una taxonomía universal en base a la particularidad de cada lugar a través de un objeto, que a su vez es universal”, ahondó el artista, cuya obra forma parte de las colecciones del Banco de la República y MAMBO de Bogotá (Colombia), el Bronx Museum of the Arts en Nueva York, o el Stavanger Museum de Noruega.
“En Miami podíamos ver particularidades de fenómenos sobre el uso de las instituciones alrededor del arte y la conquista de barrios periféricos”, y que tienen que ver en concreto con los procesos de “gentrificación”, añadió.
EL ARTE NO ESTÁ EXENTO DE “BESTIALIDADES”
Concuerda en que la feria Art Basel, y sus ferias y eventos satélites, son un polo de atracción para el “bestiario” propio del mundo del arte.
De hecho, de cara a futuro, Baraya prepara junto al artista mexicano Jonathan Hernández un proyecto artístico en su ciudad natal que mostrará cómo “el arte, a pesar de sus buenas intenciones, no está exento de bestias, bestialidades y de intereses ‘muy humanos'”, dice con ironía.
El proyecto, al igual que las obras que presenta en Miami Beach, no eludirá el humor, que es “una estrategia de sana ruptura a la presión”, en especial a la de los pasados “meses de incertidumbre” a causa de la pandemia de la covid-19, manifestó. EFE