Nueva York – Rusia ha enviado esta semana durante cuatro días consecutivos a bombarderos y aviones espías dentro de la zona de seguridad aérea estadounidense cerca de Alaska, según informaron funcionarios estadounidense a la cadena Fox.

De lunes a jueves, Rusia ha mandado a diario aviones a espacio aéreo internacional, pero dentro de la zona de identificación aérea de Estados Unidos en Alaska.

El jueves, de nuevo, un par de bombarderos estratégicos Tu-95 volaron cerca de Alaska y territorio canadiense durante varias horas, lo que llevó a los estadounidenses a ordenar a dos cazas F-22 volar a corta distancia para vigilar los movimientos rusos.

El lunes y el martes varios Tu-95, desplegados desde el este ruso y capaces de transportar armas nucleares, se adentraron en el área de identificación aérea estadounidense a menos de 321 kilómetros de la costa de Alaska, en una ocasión llegando a menos de 60 kilómetros de territorio estadounidense.

El miércoles, Rusia envió a dos aviones espía Ilyushin Il-38 cerca de las islas Aleutianas y el Mar de Bering.

Esta es la primera maniobra de este tipo de Rusia desde que Donald Trump llegó a la Presidencia de EE.UU. en enero y después de que el uso de armas químicas en Siria y el posterior bombardeo estadounidense a una base del régimen de Damasco este mes empeorara la relaciones entre Washington y Moscú.

Hace menos de una semana el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, aseguró que las relaciones con Rusia están en un nuevo mínimo.

Estados Unido también realiza vuelos cerca de territorio ruso, pero estas maniobras se producen con aviones de reconocimiento y no con bombarderos estratégicos.

También utiliza en ocasiones submarinos nucleares en misiones secretas, algo que podría motivar movimientos recíprocos.

Hasta esta semana, la última vez que bombarderos rusos volaron cerca de EE.UU. fue el 4 de julio de 2015, cuando un par de aeronaves sobrevolaron las costas de Alaska y California, donde llegaron a acercarse a unos 65 kilómetros de la localidad californiana de Mendocino. EFE