Nueva York – Horacio Siciliano sabe que arriesga su vida cada vez que sale a fotografiar la cruda realidad de Caracas: “Tengo que hacerlo”, dice, como si de un deber se tratara, al menos para él. Al principio, la fotografía era un pasatiempo, pero durante las protestas del 2014 su pasión se convirtió en el único medio disponible para hacer denuncias. Ante el cierre de medios y la censura, las redes sociales se convirtieron en el canal para difundir las crudas imágenes del día a día. La injusticia, el hambre y el abandono son los temas recurrentes que documenta con cada click. “Es muy fuerte ser testigo de las cosas que he visto. Lo más fuerte es saber que nos hemos acostumbrado”, asegura.

Caracas es una ciudad hermosa, con un clima perfecto y una vista imponente, pero que alberga muchos secretos oscuros y recuerdos tristes para su gente. Vivir ahí significa estar montado en una montaña rusa emocional de amor y miedo. La inseguridad no es un secreto ante la gran cantidad de venezolanos que caen víctimas en una estadística más. La capital de Venezuela fue nombrada la ciudad con más homicidios en el mundo en 2015, según el informe anual del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP). Por ello, la labor de Horacio es aún más admirable y valiente.

La fotografía documental siempre ha sido una labor muy noble en países en situación de crisis o guerra. Los fotógrafos dan el todo por el todo por ese click y las imágenes quedan al servicio de la historia y el tiempo que, al final, son los mejores jueces. Hoy pudimos conversar con él sobre su experiencia y los retos a los que se enfrenta cada día cuando sale a fotografiar la ciudad que ama.

¿Cuál es el mayor reto de tu profesión? Diría que no involucrarse emocionalmente. Esta profesión demanda una alto nivel inteligencia emocional para poder manejarse profesionalmente ante diferentes situaciones, si no eres capaz de manejar tus emociones (ira, miedo, tristeza, etc.) dejas que ellas te controlen y puedes poner en riesgo tu vida, también generar estrés al ser testigo de situaciones inhumanas y difíciles para otras personas, pero tienes la responsabilidad de retratar para comunicar, documentar, denunciar.

Trabajas en una labor peligrosa en la ciudad más violenta del mundo, ¿cómo te enfrentas a la inseguridad? Al vivir en la ciudad más peligrosa del mundo, creo que algunas veces mi “mi consuelo” es pensar que hay mil formas diferentes de que la inseguridad me afecte ajenas a la profesión. No es fácil hacer fotografía en las calles de Caracas porque uno tiende a llamar la atención. Hay que saber moverse, hay que saber identificar las posibles amenazas y tener siempre un plan de acción para alejarse del peligro.

 ¿Qué imagen te ha marcado más?  Una de un niño  extendiendo su brazo esperando a que le dieran un poco de comida.

¿Qué reportaje ha sido el más difícil de armar? Un reportaje sobre el hambre. No estamos hablando de las consecuencias de la inseguridad, estamos hablando del hambre de las personas, estamos hablando de la dificultad que tienen algunas personas de alimentarse y se ven obligadas a considerar los desechos de la basura para llenar el estomago. Familias enteras que recurren a los desechos para llevarse algo que preparar en casa o saciar el hambre en el momento. Recuerdo perfectamente a un niño buscando con afán en los desechos de una pescadería y pude escucharlo decir: “Mami, mira, encontré una sardina”.

 ¿Cuál ha sido la experiencia más gratificante de tu labor? El crecimiento personal que me ha dado, la fotografía me ha dado la oportunidad de conocer más de cerca la realidad de un país en crisis. Ser testigo y conversar con estas personas, te enseña a ser más agradecido y ser más humano. El mundo no es un lugar justo, pero nosotros tenemos la responsabilidad de hacerlo un poquito mejor. Entonces, lo primero es no juzgar a las personas a primera vista ya que todos tienen una historia, una historia diferente.

¿Y la más desagradable? ¿Has sido agredido en algún momento? He sido agredido en varias ocasiones, por cuerpos de seguridad del Estado y hampa común. La más desagradable fue una vez registrando saqueos en Petare, un hombre se acercó a mí y me puso una pistola en el pecho para robarme, en ese momento no asumí con claridad lo que estaba pasando, hasta los pocos minutos que entendí que mi vida pudo haberse esfumado en un abrir y cerrar de ojos.

¿Qué consejo les das a las personas que quieren dedicar su vida a documentar la realidad de países en situación de crisis? Lo primero es educarse en fotografía y el manejo de una cámara, muchas veces no tienes segundas oportunidades para disparar una fotografía. Lo segundo, es ser consciente de los riesgos, ser emocionalmente estable, tener un entrenamiento táctico para salir de zonas de conflicto como manifestaciones.

 ¿Dónde podemos ver y seguir tu trabajo? En mi página web www.horaciosiciliano.com y mis redes sociales  www.facebook.com/horaciosiciliano y @hsiciliano para Instagram.