Melania Trump deja su sello en su primera decoración navideña de Casa Blanca
"El presidente, (mi hijo) Barron y yo estamos muy ilusionados con nuestras primeras Navidades en la Casa Blanca", señaló Melania Trump en un comunicado de la Casa Blanca, que divulgó también un vídeo en el que la esposa de Trump adopta un papel estelar al mostrar la residencia.
Javier Pachón Bocanegra
Nueva York – La primera decoración navideña de la familia del presidente Donald Trump en la Casa Blanca se presentó hoy y lleva el sello personal de la primera dama, Melania Trump, marcado por la tradición y las evocaciones a anteriores Gobiernos.
“El presidente, (mi hijo) Barron y yo estamos muy ilusionados con nuestras primeras Navidades en la Casa Blanca”, señaló Melania Trump en un comunicado de la Casa Blanca, que divulgó también un vídeo en el que la esposa de Trump adopta un papel estelar al mostrar la residencia.
“¡La decoración está lista! ¡La Casa Blanca está preparada para celebrar! Deseándoles una feliz Navidad y una alegre temporada de vacaciones”, agregó Melania en su cuenta de Twitter.
Un portal de Belén como símbolo religioso de la tradición cristiana o la disposición de objetos pertenecientes a antiguos presidentes, como la vajilla de Ronald Reagan en la Sala de China o el libro de villancicos de Franklin D. Roosevelt de 1866, buscan resaltar la importancia de las costumbres en estas fiestas.
Estos aspectos se ven reforzados con una decoración que reconoce especialmente a las familias de “estrella Dorada”, aquellas que han perdido a algún miembro de la Fuerzas Armadas en combate.
La primera dama recorrió hoy las salas ornamentadas y comprobó que no faltara ningún detalle durante la presentación de la decoración, donde afirmó que tanto ella como su hijo Barron y el propio presidente están muy ilusionados con sus primeras fiestas en “la Casa de la Gente”, tal y como definió a la residencia.
Bajo el nombre de “Tradiciones honradas con el tiempo”, la primera decoración de la familia Trump destaca también por un homenaje al compositor ruso Pyotr Ilyich Tchaikovsky y su “Cascanueces”, con el que se rememora a la primera ornamentación temática de la Casa Blanca, escogida por Jacqueline Kennedy en 1961.
Mediante el homenaje al compositor ruso, la decoración también busca destacar el importante papel de la música a lo largo de 200 años, en los que la Banda de la Marina ha amenizado los espacios de la residencia.
Lejos de huir de cualquier referencia a Rusia, cuya supuesta injerencia en las elecciones de 2016 ha perseguido a Trump desde que llegó al poder, la Casa Blanca ha elevado a uno de sus compositores más célebres en su decoración navideña con su “Cascanueces”.
El corredor de la planta superior está decorado con más de dos decenas de árboles con nieve simulada, de cuyas ramas cuelgan miniaturas de cascanueces de cristal en homenaje al reconocido ballet del autor.
En esta ocasión, como en los meses iniciales de la nueva Administración, contrasta el papel de la actual primera dama con el de su predecesora, Michelle Obama, más influyente en sus diferentes actos, incluso en la decoración navideña, en la que también incluyó sus campañas contra la obesidad y por la educación.
Este año tampoco falta el jengibre, ya que una réplica de la Casa Blanca hecha a base de 136 kilos de este ingrediente, masa de azúcar, chocolate y glaseado, preside el salón de Cenas de Estado, aunque no es comestible, según recalcó la Casa Blanca.
La presencia del jengibre, que también estuvo en años anteriores con la familia del ya expresidente Barack Obama, representa la visión “clásica” que tienen los Trump de la Navidad y de su decoración.
Sí se podrán comer las más de 60.000 galletas y otros dulces elaborados por 36 cocineros y pasteleros, entre los que se encuentran 4.000 galletas que reproducen el escudo o estrella de la primera dama.
Otro de los principales elementos se ubica en el Salón Azul, que alberga el árbol de Navidad de la residencia presidencial, que este año proviene de la granja Silent Night Evergreens de Endeavor, en el estado de Wisconsin.
El emblemático elemento decorativo, de casi seis metros de altura, fue recibido sin adornos hace una semana por Melania Trump y Barron, de 11 años, el único hijo que comparte con el presidente.
Ahora, el abeto presenta aderezos hechos de azúcar con el sello de cada uno de los 50 estados del país y podrá ser visitado por las más de 25.000 personas que recorrerán cada una de las salas durante más de 100 sesiones de puertas abiertas.
Además, Donald Trump disfrutará este año de las fiestas navideñas entre un total de 53 arbolillos navideños repartidos por la Casa Blanca, más de 5.600 metros de luces y más de 3.400 metros de cinta que componen una decoración fruto de 1.600 horas de trabajo.
El próximo jueves, el propio presidente inaugurará el tradicional alumbrado del árbol navideño del National Mall en Washington, la gran explanada que une el Capitolio y el Monumento a Lincoln. EFE