El chocolate de hoja de coca, más sano y sin azúcar, se presenta en Londres
El evento giró en torno al futuro del chocolate y trató temas como la agricultura del cacao, la innovación en el sector o cómo la industria chocolatera puede reducir la cantidad de azúcares añadidos para elaborar un producto más saludable.
Sarah Yáñez-Richards
Nueva York – El Foro del Chocolate de Londres invitó hoy a más de trescientos productores para discutir las tendencias del sector, entre ellas, la elaboración de chocolate con hoja de coca en vez de azúcar, para evitar los efectos nocivos de este último producto.
El evento giró en torno al futuro del chocolate y trató temas como la agricultura del cacao, la innovación en el sector o cómo la industria chocolatera puede reducir la cantidad de azúcares añadidos para elaborar un producto más saludable.
Una de las ideas más revolucionarias que se presentó en esta edición fue la posibilidad de crear un chocolate “más sano” y “sin azúcar”, mediante la mezcla del cacao con la coca peruana, pero sin alcaloides.
Una nueva fórmula que fue fruto de la “casualidad”, pues en un viaje por Sudamérica el investigador Gregory Aharonian decidió “mezclar té de coca con cacao” y así descubrió que esta planta “reduce el amargor del chocolate”, según relató a Efe el propio creador de la patente y presidente de KukaXoco.
“Afortunadamente, mi tecnología funciona sin alcaloides -componente adictivo que se encuentra en la hoja de la coca- y no hay nada ilegal en la especia de la coca”, defendió Aharonian, quien presentó el proyecto de la mano de la Empresa Nacional de la Coca (Enaco) de Perú.
Este descubrimiento podría ser beneficioso para el consumidor, ya que en la actualidad las barras de chocolate y otros productos derivados del cacao pueden llegar a tener hasta un 80 % de azúcar y grasa.
“El azúcar está ligada, según diversos estudios, con enfermedades como la diabetes, hipertensión y obesidad”, subrayó Aharonian.
Quien resaltó la “ironía” de que se esté usando “la planta de la coca, a la que se le considera mala por su conexión con la cocaína” para reemplazar a lo que él considera “una droga aún peor: el azúcar”.
Aharonian también augura que su fórmula podrá ahorrar futuras “denuncias” al sector chocolatero por usar azúcar. Argumento que compartió con los demás expertos en su charla, titulada “Las empresas chocolateras podrían enfrentase a pleitos legales sobre la responsabilidad del fabricante por el uso del azúcar”.
Asimismo, el empresario tiene la “ambición” de convertir “a Sudamérica” en el “tercer centro de chocolate”, después de Europa y los Estados Unidos, y de suprimir la mala fama de la hoja de coca, a la cual “siempre se la relaciona con las drogas y las armas”, para abrir “el mercado a otros productos que la usan, como el té”.
Por el momento, el proyecto está recaudando inversiones y espera ser lanzado al mercado internacional el próximo año.
Esta nueva visión del chocolate no hubiese sido posible sin la participación de Enaco, “la única empresa del mundo que está autorizada a para trabajar la hoja de coca”, remarcó a Efe Rafael Cánovas, gerente general de la firma peruana.
Cánovas destacó que si este proyecto sale adelante ayudaría a dar una mejor calidad de vida a los agricultores, “debidamente empadronados”, que cultivan la hoja de coca para fines lícitos.
La visión de los cultivadores también tuvo lugar en este foro y fue Fortin Bley, un agricultor de cacao costamarfileño, el encargado de enseñar a los asistentes las condiciones de trabajo en las que su poblado obra.
Mediante fotos, mostró que las casas de los recolectores están hechas de barro, que no siempre disponen de agua potable y explicó que hasta hace poco usaban herramientas de hierro, poco seguras tanto para el fruto del cacao como para los empleados.
Es por ello que comunicó a los empresarios chocolateros que es fundamental tener un dialogo con los recolectores, así como la importancia de trabajar en comercio justo, forma de intercambio “donde el hombre y el producto están en valor”, ya que reparte de forma igualitaria los beneficios de la venta del producto entre agricultores y empresas. EFE