EE

Nueva York – Helga se topa contra la pared cuando emprende la búsqueda de su felicidad: ¡¿un hijo?!, y se da cuenta de que no puede embarazarse. Ante este inesperado problema fisiológico, ella y su marido se ven envueltos en un turbulento vórtice que los lleva a conocer el límite de sus capacidades como pareja y seres humanos, al tratar de echar de la casa a la pariente incómoda que no fue invitada: la infertilidad.
La autora del libro “Plan bb”, “La manipulación del milagro de la vida”, de Ediciones Urano, Helga Valdés Fiehn nació en Chihuahua, México. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación con maestría en Mercadotecnia por el Tecnológico de Monterrey, instituto en el que colabora hace más de diez años.
Amante de capturar el mundo a través de las imágenes, de darle vida a personajes en escenarios de teatro y de catapultar sus emociones y pensamientos por medio de la escritura, Helga nos presenta esta, su primera obra publicada.
Ha escrito varios cuentos de ficción para adultos y actualmente se encuentra trabajando en su segundo libro.

¿Cuándo te das cuenta que es necesario contar tu historia y hablar de un tema tabú en la sociedad como lo es la infertilidad?
Después de haber intentado durante siete años quedar embarazada y cuando logré superar el tema (independientemente de haber sido madre o no), y me doy cuenta de que no existe un libro que hable abiertamente de lo que vive y enfrenta una pareja que no puede cumplir el gran sueño de ser padres.
Creí oportuno escribir el libro para acompañar a quienes actualmente están sumergidos en esta situación, además de levantar la voz ante una sociedad que presiona de una manera tan obstinada a los matrimonios que no tienen hijos. Detrás de cada pareja hay una historia diferente y cada quien la vive de distintas maneras, pero lo que me encontré como común denominador en casi todas las mujeres que no pueden concebir tan fácilmente, es la queja de cómo la sociedad opina y hace preguntas incómodas y hasta imprudentes que lo único que logran es aumentar la frustración y el sentimiento de incomprensión y de soledad.

¿Consideras que por ser una cultura machista este problema recae casi siempre en la mujer?
En parte sí, pero creo que también es por el hecho natural de que somos las mujeres quienes llevamos en el vientre a esa nueva vida y de alguna manera es donde se gesta el milagro. Las frases cliché aseveran que la mayor realización de una mujer es convertirse en madre, o que el verdadero amor se conoce cuando se tiene un hijo (para muchas personas así es, y no está mal). Sin embargo, estas frases no se escuchan entre los hombres y a la gente le gusta enjuiciar en torno a este tema polémico y hasta cierto punto morboso, sin conocer lo que la mujer o la pareja piensa y siente al estarlo viviendo en carne propia.

A lo largo del libro vemos a muchos personajes pintorescos como enfermeras coquetas y doctores sin escrúpulos, entre otros. ¿Son estos reales, los conociste?
Todo lo que está ahí descrito es real. Yo misma me sorprendí de haber vivido situaciones con personas tan “surrealistas”. A algunas enfermeras sí les exageré un poco ciertos rasgos o comportamientos, precisamente para que resultaran más divertidas y chistosas, pero las situaciones ocurrieron tal cual. Hay lectores que no creen lo que sucedió en algunos capítulos porque llegan a ser inverosímiles, pero aquí es donde aplica la frase: “La realidad supera a la ficción”.

Durante la historia se re-plantea la existencia de Dios y de la vida misma. ¿Cómo debe enfrentar este tipo de problemas la pareja y en especial la mujer?
Pienso que no hay fórmulas mágicas, cada persona los enfrenta de acuerdo a sus recursos y herramientas internas y personales. A veces la vida nos pone circunstancias en donde no contamos con dichos recursos, aquí es donde yo recomiendo no quedarnos estáticos y recurrir ya sea a la literatura, a cursos que nos sirvan de apoyo y nos proporcionen las herramientas para afrontar los obstáculos, a sesiones psicológicas (en mi caso fueron de gran ayuda), a terapias grupales, etcétera. Cada quien deberá de elegir con lo que se sienta más cómodo. Lo importante es no aislarnos, no sentirnos solos, no quedarnos callados. Creo que a veces nos hace falta adentrarnos en nosotros mismos y rescatar aquellos sueños que hemos dejado de lado por intentar cumplir con los estereotipos impuestos por la sociedad. Lo que puede hacer feliz a una persona, puede hacer infeliz a otra, así es que me parece imperdonable que vayamos por la vida sin cuestionarnos qué es lo que realmente queremos; quizá tengamos que abrirnos brecha por nuevos caminos sin que nos importen los juicios de terceras personas.
En mi caso yo nunca me detuve a pensar si quería ser madre o no, para mí era un deber ser que se convirtió en una obsesión llevándome a depresiones muy fuertes. Dejé de apreciar lo maravilloso de la vida por estar pensando en lo que no tenía, en lugar de agradecer y valorar todo lo que sí tenía. Mi consejo es no perder la capacidad de asombro ante un nuevo día, una nueva oportunidad, un atardecer, una sonrisa, la espiritualidad, el amor, nuestros pasatiempos… Siempre podremos encontrar cosas que nos apasionan y que nos llenan el alma, pero hay que vibrar en positivo y no estar frustrados ni amargados, porque entonces estamos desperdiciando lo más valioso que tenemos: nuestro tiempo.

¿Cuáles crees tú que son las posibles soluciones, además de la adopción, que puede tomar una pareja con problemas reproductivos?
Hoy en día, gracias a los avances científicos y tecnológicos, muchas parejas logran concretar el embarazo a través de la reproducción asistida. Hay casos en los que se tiene que llegar a aceptar un óvulo o un esperma donado, o un vientre rentado. Son temas muy fuertes, pero existen, y la complejidad en la toma de este tipo de decisiones aumenta de nivel al ser un tema de pareja; es decir, uno puede estar de acuerdo con una de estas opciones y la pareja no, ahí es en donde se pone a prueba el amor, la tolerancia y en donde llegas a conocer tus límites como ser humano.