Yeny García

Nuena York – Cuba celebró hoy su Día de la Rebeldía Nacional con constantes menciones al fallecido expresidente Fidel Castro y en medio de un amplio proceso de reforma constitucional que aspira a perpetuar y actualizar el modelo socialista en la isla, cuyas relaciones con EE.UU. se han degradado en el último año.

La próxima consulta popular del borrador de la nueva Constitución, aprobada la semana pasada en el Parlamento unicameral, será un “trascendental ejercicio político y democrático cuyo éxito dependerá, en primer lugar, de la participación activa y comprometida de los cubanos”, señaló el exmandatario Raúl Castro.

El líder del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC, único) cerró el acto conmemorativo celebrado esta mañana en Santiago de Cuba (oriente), “la cuna de la Revolución” donde el 26 de julio de 1953 Fidel Castro lideró el asalto al cuartel Moncada.

La celebración, una de las fechas más importantes del calendario revolucionario, recuerda también el ataque simultáneo al cuartel Carlos Manuel de Céspedes en la cercana Bayamo, acciones militares contra el régimen de Fulgencio Batista consideradas como el inicio de la insurrección que llevó a Castro al poder en 1959.

Este es el primer festejo de la efeméride desde que Miguel Díaz-Canel asumió la Presidencia en abril pasado, convirtiéndose en el primer gobernante sin apellido Castro del país caribeño en casi seis décadas.

Ante unas 10.000 personas reunidas en la antigua fortaleza militar, hoy Ciudad Escolar 26 de Julio, el más joven de los Castro (86 años) subrayó la necesidad de modernizar la actual Carta Magna (1976) para incluir las reformas sociales y económicas impulsadas por el PCC desde 2011.

“Debe lograrse que cada ciudadano comprenda la necesidad del alcance de los cambios que debemos introducir en la Constitución, de modo que se garantice el carácter irrevocable del socialismo y la continuidad de la Revolución”, insistió Raúl Castro.

El anteproyecto constitucional elimina las referencias al comunismo, abre la puerta al matrimonio igualitario, prohíbe la discriminación por identidad de género, reconoce la propiedad privada, instituye las figuras del presidente y el primer ministro y limita los mandatos presidenciales a diez años, entre otras novedades.

Las consultas populares del documento comenzarán a partir del 13 de agosto, en coincidencia con el cumpleaños del fallecido Fidel Castro (1926-2016), y se someterá a referendo tras la presentación del borrador final ante el pleno del Parlamento, previsiblemente en diciembre próximo.

El acto central por el Día de la Rebeldía Nacional comenzó a las 05.12 hora local (09.12 GMT), la hora exacta en que comenzó el ataque al Moncada, donde hoy dominaba la vista una fotografía gigante de Fidel Castro vestido con ropa de campaña en la cercana Sierra Maestra.

A la ceremonia asistió toda la cúpula del Gobierno y el Partido Comunista, entre ellos Díaz-Canel -que dejó el protagonismo a Castro-; el número dos del PCC, José Ramón Machado Ventura; varios ministros del nuevo gabinete y dirigentes de la Juventud Comunista.

“Ninguno de los que asaltamos el Moncada junto a Fidel podíamos soñar que estaríamos vivos tras 65 años y con un país libre, independiente y soberano, una Revolución socialista en el poder y una obra como la lograda”, señaló Raúl Castro.

En un extenso discurso de más de 40 minutos -algo inusual cuando era presidente- Castro se refirió al “complejo escenario nacional e internacional” que vive el país, donde se mantiene una “tensa situación en las finanzas” por disminuciones en la exportación de azúcar y de los ingresos en el turismo, así como por los daños causados por el paso de huracanes, la sequía y posteriormente intensas lluvias.

Para el exmandatario, la “mayor fuente de recursos es el ahorro”, que “debe dejar de ser consigna y convertirse en conducta”, “sobre todo para los dirigentes”, enfatizó.

Con estas palabras el general Castro reforzó el mensaje de austeridad que ya había transmitido Díaz-Canel esta semana en el Parlamento, donde llamó a ahorrar “por aquí y por allá, donde quiera que se pueda, suprimiendo cualquier despilfarro” dadas las dificultades económicas de la isla.

Castro reiteró además la “invariable solidaridad” con los presidentes de Nicaragua, Daniel Ortega, y de Venezuela, Nicolás Maduro, cuyos países, dijo, enfrentan “métodos de guerra no convencional” y “golpes blandos” diseñados “desde los círculos de poder de Washington”.

“Somos un pueblo pacífico, no amenazamos a nadie, para nosotros evitar la guerra equivale a ganarla”, subrayó el líder del PCC antes de anunciar que volverá a Santiago de Cuba para la “gran celebración” de los 60 años de la Revolución, que la isla conmemorará por todo lo alto el próximo 1 de enero. EFE