El Museo de San Petersburgo expone en España obras del ruso Alexéi Jawlensky
El ruso Jawlensky (1867-1941) toma así el testigo en las salas del museo malagueño de su amigo Vasili Kandinsky, un artista mucho más conocido por el público y al que se relaciona más con Rusia, según señaló hoy Evgenia Petrova, directora artística del Museo de San Petersburgo y comisaria de la exposición.
Nueva York – La sede del Museo de Arte Ruso de San Petersburgo en la ciudad española de Málaga expone desde mañana obras de Alexéi Jawlensky, un pintor que confesaba en cartas privadas que, después de haberse buscado a sí mismo, se había encontrado en el color.
El ruso Jawlensky (1867-1941) toma así el testigo en las salas del museo malagueño de su amigo Vasili Kandinsky, un artista mucho más conocido por el público y al que se relaciona más con Rusia, según señaló hoy Evgenia Petrova, directora artística del Museo de San Petersburgo y comisaria de la exposición.
Al artista se le vincula menos con su país natal porque pronto, en 1896, viajó a Alemania, donde permanecería hasta que murió. Siempre quiso regresar a Rusia, pero acontecimientos como la Primera Guerra Mundial se lo impidieron.
Allí tendría ocasión de estudiar el arte alemán y occidental y, en las cartas que escribía, revelaba sus impresiones íntimas sobre el trabajo de los artistas que estaba conociendo y recordaba a maestros que se quedaron en Rusia como Ilia Repin.
En algunas de esas misivas confesaba que se estaba buscando a sí mismo y por fin se encontró, momento en el que su pintura se transforma: tanto los paisajes como los retratos pierden realismo para hacer protagonista al color y la luz, que suelen representar los cambios en su estado de ánimo.
Al final de su vida, cuando el artista se quedó prácticamente ciego, sus obras volvieron a transformarse en más simples, porque intentaba hacerlas casi de memoria, explicó Petrova en la presentación de la exposición, que incluye pinturas de su hijo Andreas Jawlensky.
El museo ha seleccionado 59 obras de Jawlensky, acompañadas de una veintena de piezas de otros artistas que le influyeron, como Repin, Valentín Serov o Dimitri Kardovsky.
Por su parte, Andreas (1902-1984) empezó a exponer de forma temprana, porque ya en 1914 intervino en una muestra colectiva de pintores rusos, y siempre quiso alejarse artísticamente de su padre y de otros grandes artistas que lo rodearon desde niño como Kandinsky o Klee. “Intentó encontrar su camino y lo consiguió”, resaltó Petrova.
La exposición temporal sobre Alexéi y Andreas Jawlensky se complementa con otra muestra, “Carteles de la Revolución”, que conmemora el centenario de la revolución rusa. EFE