Francia cede a empresas privadas la gestión de los radares móviles
El objetivo de este dispositivo, que se pondrá definitivamente en marcha a partir de septiembre, es evitar que sean gendarmes o policías los que conducen los coches en los que están instalados esos radares móviles, de forma que los agentes quedarán liberados para cumplir otras misiones.
Nueva York – El organismo de seguridad vial francés presentó hoy un dispositivo experimental cuya meta es ceder a empresas privadas la gestión de los radares móviles que fotografían a los automovilistas que infringen los límites de velocidad.
El objetivo de este dispositivo, que se pondrá definitivamente en marcha a partir de septiembre, es evitar que sean gendarmes o policías los que conducen los coches en los que están instalados esos radares móviles, de forma que los agentes quedarán liberados para cumplir otras misiones.
Eso significará que 400 funcionarios de las fuerzas del orden que hasta ahora estaban dedicados a los 383 vehículos equipados con radares podrán ser desplegados en otras tareas de seguridad.
El primer objetivo es un uso más intensivo de esos 383 coches, que -según las informaciones publicadas hoy por “Le Figaro”- el pasado año sólo circularon una media de una hora al día (habían sido dos horas en 2015), precisamente por la desmesurada cantidad de tiempo de trabajo que implica la labor de control de tráfico.
Las empresas seleccionadas para esta concesión tendrán que cumplir una serie de obligaciones, entre ellas la de que los coches funcionen ocho horas al día.
La principal asociación de automovilistas ha puesto el grito en el cielo por esta cesión de la gestión de los radares, que a su parecer va a hacer que se dispare el número y la cuantía de las multas por exceso de velocidad, que según sus cálculos pasarán de 900 millones de euros anuales actuales a 2.200 millones.
Por eso, la asociación “40 Millones de Automovilistas” ha lanzado una petición -que ya ha obtenido más de 300.000 firmas de apoyo- para exigir que se anule una iniciativa que denuncia por estimar que tiene una finalidad recaudatoria.
Lo cierto es que el número de muertos en las carreteras francesas ha dejado de disminuir desde hace dos años, y así en 2016 perdieron la vida 3.469 personas, un 0,2 % más que en 2015.
El ministro del Interior, Bruno Le Roux, había subrayado el pasado día 7 que los radares se concentrarán en las carreteras con muchos accidentes y donde se considera que una reducción de la velocidad podría permitir disminuir el número de muertos y heridos graves.
Le Roux también precisó que la presencia de ese tipo de vehículos se indicará con carteles al comienzo y al final del itinerario para que los automovilistas tengan conciencia de que allí son más susceptibles de ser objeto de control.
Para evitar suspicacias, la Seguridad Vial ha avanzado que las empresas concesionarias no serán remuneradas en función del número de multas, además de hacer hincapié en que los radares actuarán de forma automática, sin ninguna intervención de los conductores.
En último término, serán policías y gendarmes los que recuperarán las grabaciones y las transmitirán al Centro Nacional de Tratamiento, donde otros agentes formalizan las multas. EFE