Nueva York – La Fiscalía turca pidió hoy cadena perpetua para 62 soldados acusados de participar en el fallido golpe de Estado del 15 de julio pasado, en el primer juicio de estas características que se celebra en Estambul.

Los militares, de los que 28 tienen distintos rangos de oficial y 34 son soldados rasos, están acusados de haber intentado tomar durante la noche del golpe el control del aeropuerto Sabiha Gökçen, el segundo de Estambul, situado en la parte asiática de la ciudad.

La Fiscalía pide para todos la triple cadena perpetua agravada por delitos de conspiración para derrocar el orden constitucional, el Gobierno y el Parlamento, así como de 5 a 10 años por “colaboración con una organización armada”.

Los 28 oficiales se hallan en prisión preventiva, mientras que a los 34 soldados rasos se les juzga en libertad provisional, si bien no todos han sido citados a esta primera sesión del juicio, informa el diario Hürriyet.

El presidente del tribunal, Ali Öztürk, explicó en la sesión que el juzgado no había citado a declarar a varios soldados rasos que actualmente están destinados en el frente de Al Bab, la ciudad en el noroeste de Siria que las tropas turcas intentan arrebatar al grupo yihadista Estado Islámico.

Al hallarse fuera del territorio nacional, no se les ha podido enviar la notificación, ni se les hará llegar un apremio, explicó el magistrado, sin explicar por qué siguen en servicio activo soldados sospechosos de haber cometido delitos graves.

La petición de cadena perpetua es la misma que la Fiscalía solicitó en el primer juicio contra militares acusados de golpismo, iniciado el 26 de diciembre, y en el proceso que al día siguiente arrancó en Estambul contra agentes de la Gendarmería, acusados de insubordinación durante el golpe.

El 5 de enero, un coronel y un comandante del Ejército fueron condenados a cadena perpetua en la ciudad de Erzurum, en la primera sentencia dictada por vínculos con la asonada.

Entre las más de 30.000 personas enviadas a prisión preventiva tras el golpe fallido hay unos 6.000 soldados y unos 7.000 policías, mientras que el resto son civiles. EFE