La inflación se “come” a las taquerías mexicanas en el Día del Taco
En las taquerías que abundan en las calles que rodean la glorieta SCOP, una de las más conocidas de Ciudad de México, ubicada en la colonia (barrio) Narvarte, taqueros consultados por EFE con motivo del Día del Taco, que se celebra este viernes, aseguraron que la inflación ha afectado a toda la cadena taquera.
Lluís Lozano
Nueva York – Las altas tasas de inflación que se han presentado en México durante más de un año se han ido “comiendo” poco a poco a las taquerías de la capital, donde algunas se debaten este Día del Taco entre aumentar los precios o enfrentar el abismo del cierre.
En las taquerías que abundan en las calles que rodean la glorieta SCOP, una de las más conocidas de Ciudad de México, ubicada en la colonia (barrio) Narvarte, taqueros consultados por EFE con motivo del Día del Taco, que se celebra este viernes, aseguraron que la inflación ha afectado a toda la cadena taquera.
El aumento de los precios de las materias primas repercute en los puestos y en la infinidad de comensales que cada día, a cualquier hora, se llevan a la boca el platillo más representativos de la gastronomía mexicana.
“Sí nos ha afectado bastante (la inflación) empezando por (el precio) que los criadores de los animales nos dan, subió bastante el precio de la carne”, explicó Vicente Gutiérrez, gerente de un puesto en el tianguis (mercado) de la calle Tajín.
Gutiérrez trabaja el taco de barbacoa (carne cocida al vapor y en su jugo) y aseguró que ahora paga un 60 % más por la materia prima. “El carnero es lo más caro que hay”, dijo.
Como a él, le ha sucedido a otros taqueros de la zona que se han visto obligados a subir sus precios hasta 10 pesos (0,55 dólares), perder clientes y, en algunos casos, registrar pérdidas económicas que arriesgan su continuidad.
“Ya no tenemos la misma clientela y obviamente lo reflejamos en las ventas, que han bajado mucho”, lamentó Federico Garnica, que dirige la taquería Los Primos y que solía trabajar a un par de locales de distancia, en El Joven, especializados en tacos de canasta.
La primera quincena de marzo la inflación en México cerró en un 7,12 %, pero el problema viene de atrás: el pasado agosto, el país registró su tasa inflacionaria más alta del siglo, del 8,7 %.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la tasa de variación anual del precio de la tortilla de maíz se sitúa en 14,3 %, el frijol en el 12,73 % y carnes como la de res o el pollo un 4 % y un 4,9 %, respectivamente.
Los entrevistados también resintieron el encarecimiento de la verdura, el limón o el queso, igualmente importantes para el taco.
“HE VISTO NEGOCIOS CAER”
Esta delicada situación, que afecta a buena parte de las economías mundiales, deja colgando de un hilo a las taquerías de barrio y los puestos de calle de México, que dependen de sus ventas diarias para subsistir.
“Yo he visto negocios caer, de acuerdo a los incrementos tanto de los productos alimenticios como de las rentas. Es tanto el aumento (de los precios) que ya no puede subsidiarse el negocio”, expuso Garnica.
Mientras que Gutiérrez, sin llegar al extremo del cierre, es uno de los que lo ha vivido en primera persona.
“(La inflación) provoca pérdidas y desempleo, hemos dejado sin trabajo a varias personas (tres). Actualmente somos cinco (empleados) y somos familia”, comentó.
TRADICIÓN ANTES QUE INFLACIÓN
Pese a todo, a las 14.00 horas, cita en la que millones de mexicanos aprovechan para salir comer y luego regresar al trabajo, el puesto de tacos de Gutiérrez y todos los colindantes están a rebosar de clientes.
La costumbre de almorzar este tradicional platillo, para los entrevistados, tiene más peso que el aumento de los precios.
“Sí ha afectado un poco (la inflación), porque han subido un poco (los precios), pero no es tanto como para que dejes de consumir. Aquí se consume prácticamente a diario”, manifestó Víctor Hugo Martínez, mientras llevaba unos tacos para comer en su centro de trabajo.
Mónica Flores, sentada en la terraza de la taquería árabe Hayito, negó que la inflación haya cambiado sus hábitos de consumo.
“Al fin y al cabo, soy mexicana y me gustan los tacos”, dijo.
El parrillero del local, Alberto Morales, coincidió: “En México la gente es muy taquera. Si vas a comer tacos, si te gustan, pues los pagas”.
Para otros, los tacos son un evento tan gastronómico como social.
“La mayoría trabajamos y traer tu comida y estar en la oficina comiendo tristemente, en soledad, como que no te sabe. Necesitas tener el ambiente de la gente, el ruido. Conoces a mucha gente, a veces encuentras hasta pareja en un tianguis de estos”, dijo sonriente Jaime Reyes. EFE