La ONU aborda el “tsunami” de odio que azota al mundo
Durante el lanzamiento del plan para atajar el discurso del odio, Guterres también subrayó que "tanto en las democracias liberales como en los regímenes autoritarios, algunos líderes políticos están incorporando al lenguaje habitual las ideas que alimentan el odio, normalizándolas, endureciendo el discurso público y debilitando el tejido social".
Nueva York – La Asamblea de Naciones Unidas se reunió este miércoles para “abordar el tsunami de odio” que azota al mundo y buscar maneras de contrarrestar sus efectos devastadores.
“Doy las gracias a todas las personas implicadas por juntarnos para abordar el tsunami de odio que es tan visible y violento en todo el mundo”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres ante la Asamblea, que celebró una reunión informal bajo el lema “Combatir el antisemitismo y otras formas de racismo y odio. Los desafíos de enseñar tolerancia y respeto en la era digital”.
En su discurso, Guterres advirtió de que, de acuerdo a un estudio reciente de la Universidad de Tel Aviv, los incidentes de violencia antisemita aumentaron en 2018 un 13 por ciento respecto al año anterior.
“En Estados Unidos, Europa y todas partes, los ataques contra sinagogas, cementerios e individuos continúa haciendo que muchos judíos se sientan inseguros”, agregó el secretario general.
Guterres, que el martes lanzó un plan para “identificar, prevenir y confrontar” el discurso del odio, subrayó que “la intolerancia es un monstruo de múltiples cabezas”.
“Sólo en los últimos meses y en diferentes partes del mundo, más allá de los ataques a sinagogas, hemos visto masacres en mezquitas y bombardeos en iglesias. Los refugiados y migrantes siguen enfrentándose a la hostilidad”, señaló.
Asimismo, advirtió de que los “supremacistas blancos y neonazis están envalentonados por elecciones que muestran el atractivo de sus mensajes racistas”.
Por su parte, la presidenta de la Asamblea, María Fernanda Espinosa, instó a redoblar los esfuerzos y a trabajar juntos para “garantizar que las semillas del odio no encuentren terreno fértil”.
Durante el lanzamiento del plan para atajar el discurso del odio, Guterres también subrayó que “tanto en las democracias liberales como en los regímenes autoritarios, algunos líderes políticos están incorporando al lenguaje habitual las ideas que alimentan el odio, normalizándolas, endureciendo el discurso público y debilitando el tejido social”.
Para el secretario general, las raíces de este fenómeno beben, entre otras causas, de la violencia, la marginación, la discriminación, la pobreza, la exclusión, la desigualdad, la falta de educación básica y la debilidad de las instituciones del Estado.
La nueva estrategia, según Guterres, promoverá la “educación como una herramienta preventiva que puede crear conciencia y generar un sentimiento compartido de propósito común para abordar las semillas del odio”.
Como parte del plan, Guterres ha apuntado que pretende organizar “una conferencia sobre el papel de la educación para abordar y desarrollar la resiliencia contra el discurso del odio”.
Entre los esfuerzos de la ONU, que la organización quiere llevar a todos los países donde está presente, está la identificación de las personas que emplean ese discurso, así como de quienes están mejor situados para hacerles frente.
En este sentido, el responsable de la ONU espera que la organización se pueda equipar “para responder de manera efectiva al impacto del discurso del odio en las sociedades”.
El político portugués adelantó una serie de recomendaciones incluidas en la iniciativa como “convocar a individuos y grupos con puntos de vista opuestos, trabajar con plataformas de medios tradicionales y sociales, participar en actividades de promoción y desarrollar guías de comunicación para contrarrestar las tendencias y campañas del discurso del odio”.
Guterres, que reconoció que la tecnología digital ha proporcionado al discurso del odio nuevas áreas en las que poder prosperar y expandirse, también subrayó que esta tecnología puede ayudar a vigilar esa actividad, orientar las respuestas y generar apoyo a las narrativas contra el odio. EFE