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Mexicanos de N.York veneran a la Virgen de Guadalupe hasta con sus bicicletas

La devoción a su virgen morena, cuya imagen llegó desde México, la transmiten a sus hijos, que hoy los acompañaron en un día en que le piden favores o agradecen "por la vida, la salud, la familia, el trabajo" según dijeron devotos a EFE.

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Ruth E. Hernández Beltrán

Nueva York – Decenas de mexicanos desafiaron el frío que se sentía hoy en Nueva York para rendir tributo a la Virgen de Guadalupe, patrona de su país, con rituales ancestrales, canciones y hasta bicicletas al conmemorarse hoy 491 años de la aparición de la virgen morena al indio Juan Diego en el cerro Tepeyac en Mexico.

“¡Que viva la Guadalupe!”, “¡Que viva Juan Diego!” se escuchó gritar a los devotos de “Lupita” durante los eventos, que comenzaron temprano con la llegada de la carrera de la Antorcha Guadalupana al famoso Central Park en Manhattan.

La devoción a su virgen morena, cuya imagen llegó desde México, la transmiten a sus hijos, que hoy los acompañaron en un día en que le piden favores o agradecen “por la vida, la salud, la familia, el trabajo” según dijeron devotos a EFE.

La carrera de la Antorcha -que conmemora hoy su 20 aniversario y en la que participaron en total 7.500 corredores- salió como cada año de la Basílica de la Guadalupe el pasado 4 de septiembre, acompañada de las imágenes de la virgen y del indio Juan Diego Cuautlatoatzin, a quien se apareció el 12 de septiembre de 1531 y que fue canonizado en 2002 por el papa Juan Pablo II.

Tras recorrer catorce estados mexicanos, la Antorcha, la virgen y Juan Diego cruzaron la frontera hacia EE.UU., como hacen los inmigrantes, el 21 de octubre en Nuevo Laredo, Texas y continuó la peregrinación hasta finalizar en Nueva York, donde nació este evento, organizado por la Asociación Tepeyac.

Fernando López fue quien orgullosamente entró al parque con la Antorcha. “Cuando cruzaba la frontera le prometí (a la virgen) que iría a la Basílica. Llevo 25 años aquí y no he ido. Ya que no puedo ir, aquí la recibo. Así, ella viene a vernos”, dijo a EFE López, quien ha participado de la carrera durante 17 años.

Un total de 1.500 mexicanos corrieron en el ultimo relevo que trajo la antorcha e imágenes desde Nueva Jersey, donde pernoctaron, antes de emprender el último tramo, vestidos con una sudadera roja y una inscripción que decía “20 años de mensajeros por la dignidad de un pueblo dividido por la frontera”.

Una ancestral danza azteca recibió a la virgen. “Esta danza existe desde antes de la conquista en México. Estamos tratando de rescatar nuestra tradición mexica y estamos aquí para honrar a nuestra madre Tonantzin que existía desde mucho antes de lo que hoy conocemos”, dijo un bailarín del grupo Calpulli Tletlpapalotzin (Mariposa de fuego) al referirse al término con el que la cultura y mitología mexica (azteca) designaba a distintas deidades femeninas.

Tras tocar, besar o arrodillarse ante las imágenes que fueron desfilando ante los mexicanos, el grupo dejó el parque en una procesión que les llevó ante Naciones Unidas, donde terminó el evento. Las imágenes serán llevadas a una iglesia en Texas ya que fue el estado que más personas aportó a la carrera, con 343.

Los mexicanos que reparten comida también rindieron tributo a su patrona de la forma en que se ganan la vida: sobre una bicicleta, en la que llevaron imágenes de la Guadalupana a negocios mexicanos que les apoyan y que comenzó con el de Javier González Amaya.

“La quiero tener aquí (a la virgen), que la gente la vea”, dijo el poblano de 31 años, quien comentó que su madre les inculcó la fe en la virgen morena, a quien agradece y a Dios por el apoyo que le han dado para establecerse como comerciante.

Los repartidores de comida o “deliveristas” adornaron sus bicicletas con motivos navideños y balones y algunos llevaban en sus espaldas las bolsas para llevar comida caliente a sus clientes.

Allí también se escuchó “que viva la Guadalupe” entre la música y el entusiasmo de los repartidores, algunos de los cuales se tomaron el día libre para cumplir con la “morenita” y pedir por la familia que dejaron en México y que les acompañe en sus días de trabajo. Muchos “deliveristas” han muerto atropellados o al ser asaltados para robar su dinero y bicicletas.

Tras un vaso de chocolate caliente y pan mexicano y de que el sacerdote episcopal Fabián bendijera el negocio y recordara a los deliveristas que han muerto, el grupo de ciclistas partió entre música, presididos por la Guadalupana. EFE

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