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Nueva York empieza a reabrir tímidamente y solo en el ámbito rural

El condado de Schoharie, uno de los que ha recibido la luz verde para reiniciar la actividad, suspendida desde el 22 de marzo por orden del gobernador del estado, Andrew Cuomo, ha autorizado la reapertura de fábricas, centros de venta al por mayor y de la construcción, mientras que los dueños de los negocios de venta al público no han esperado un día más para comenzar a prepararse a que les llegue su turno de abrir.

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Jairo Mejía

Nueva York – El valle de Mohawk comenzó este viernes la reapertura de su economía junto con otras cuatro regiones rurales del estado de Nueva York, el más afectado de Estados Unidos por la pandemia de COVID-19, al satisfacer los requisitos y pese a que los tímidos pasos hacia una normalidad dependerán de que la desescalada no derive en nuevos repuntes de la incidencia de la enfermedad.

El condado de Schoharie, uno de los que ha recibido la luz verde para reiniciar la actividad, suspendida desde el 22 de marzo por orden del gobernador del estado, Andrew Cuomo, ha autorizado la reapertura de fábricas, centros de venta al por mayor y de la construcción, mientras que los dueños de los negocios de venta al público no han esperado un día más para comenzar a prepararse a que les llegue su turno de abrir.

“Estoy preparando las marcas para que la gente mantenga la distancia de seguridad y voy a comenzar a repartir tarjetas de regalo para animar a la gente a salir a la calle”, explica a Efe Robert Raif, dueño de una tienda de “souvenirs” en el pueblo de Middleburgh, que como el resto de este condado rural depende del turismo.

No obstante, en una muestra más de la complejidad de gestionar la apertura, Cuomo anunció hoy que la orden de “pausa” y confinamiento se extenderá en el resto del estado (especialmente en la ciudad de Nueva York y alrededores) hasta el 28 de mayo y solo se levantará cuando esas regiones registren dos semanas de caída en las muertes y hospitalizaciones, haya una cantidad suficiente de camas hospitalarias y de cuidados intensivos disponibles y haya un plan para tener 30 rastreadores de contactos disponibles por cada 100.000 habitantes.

“Todas las regiones que reabran lo harán con cuidado y en base a los datos, no a decisiones políticas”, aseguró Cuomo en su rueda de prensa diaria.

“Llevamos casi dos meses en los que solo estábamos vendiendo comida para llevar, pero hoy hemos podido reabrir el vivero de plantas”, cuenta Josh Loden, dueño de Apple Barrel Store and Cafe, un negocio a las afueras de Schoharie.

Según las normas de reapertura del condado, cada dos semanas a partir de hoy comenzarán a reabrir nuevos negocios. Las tiendas minoristas, peluquerías o inmobiliarias serán los siguientes, para dar luego paso a restaurantes, hoteles y centros culturales, con lo que la industria turística podría comenzar a operar a comienzos de julio con cierta normalidad.

Una vez abiertos, todas las personas o empleados que no puedan mantenerse a más de 2 metros de distancia deberán llevar máscaras, los empleadores deben proveer de material de protección y no se podrán celebran reuniones presenciales.

“Vamos a tomar medidas para que se mantenga el distanciamiento social y se acceda con máscaras”, asegura Loden, quien confía en que el turismo retorne a esta zona, sobre todo desde la ciudad de Nueva York.

“Creo que la gente va a seguir viniendo en busca de algo de normalidad y naturaleza, y vamos a recuperar el tiempo perdido”, añade.

Mientras tanto, las escasas fábricas de Schoharie ya tienen sus aparcamientos repletos de coches y una cantera de arena y grava cercana es un trasiego constante de camiones, lo que sugiere que la actividad puesta en suspenso durante estas semanas no ha esperado un segundo más para recuperar el tiempo perdido.

Los indicadores económicos, por el contrario, no son halagüeños, con una caída en abril de 16,4% de las ventas minoristas y de 11,2% de la producción industrial a nivel nacional.

En la calle principal de Middleburgh un negocio ilustra bien lo difícil que será volver a la normalidad con el fantasma del coronavirus aún presente.

Una mujer con tapabocas y guantes de látex señala desde la calle el escaparate, donde cuelga un sombrero que desea comprar. La dependienta, que escucha desde adentro, se lo presenta. La mujer se lo prueba y lo rechaza. Tras unos minutos, la gerente del negocio regresa con otro ejemplar, que la clienta acepta. Unos minutos más son necesarios para volver al coche, recoger la cartera, realizar el pago a distancia y finalizar la transacción.

Pese a que el condado de Schoharie reabre lentamente, todo indica que no se podrán comparar estas nuevas rutinas con un regreso a la normalidad previa a la pandemia. EFE News

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